—Mi pequeña... —susurró su padre y ella lo abrazó en medio del llanto, hundiendo su rostro en el cuello de Pietro.
—¿Cómo has estado? —escuchó preguntar a su madre, mientras sentía cómo la mano de ésta le acariciaba con suavidad la espalda.
Ella luchó por calmarse, aunque el llanto quería regresar.
Su padre la soltó y eso le dio ánimos para seguir intentándolo.
Respiró profundo un par de veces y finalmente lo consiguió.
—Estoy bien, ¿cómo están ustedes? —preguntó limpiándose el rostro.
—Felices de verte y extasiados de saber que vamos a ser abuelos. —respondió su madre con una sonrisa llena de cariño. —¿Por qué no nos habías contado? —preguntó y Anastasia se contuvo de responderle con resentimiento.
Era obvio que se hubiesen enterado si tan sólo le marcaran, pero prefirió no responder a eso.
Lo único importante era que sus padres estaban ahí, habían ido a verla gracias a Keelan.
¡No se lo podía creer! ¡Jamás imaginó que él fuera a hacer algo así por ella!
Anastasia sintió cómo su corazón caía un poco por su esposo en ese momento.
Él le había preparado esa sorpresa, que era mejor que cualquier cosa material, y se sentía muy agradecida por el detalle.
Miró hacia Keelan y lo vio allí, luciendo congelado.
Tenía una mueca en el rostro que daba a entender que se sentía muy incómodo y ella se atrevía a gesticular un "gracias" en su dirección, ante lo que él asintió y le guiñó un ojo, ya luciendo más relajado.
Su postura corporal perdió la tensión de un segundo a otro y ella se sintió igual.
El padre de Anastasia se aclaró la garganta y ella lo miró.
—¿No se les hace tarde? —preguntó y miró a Keelan.
Su esposo asintió y a ella le pareció que había algo de lo que no se estaba enterando.
Keelan recogió las maletas y se acercó.
—Debemos irnos. —le dijo a Ana y ella asintió, entendiendo que la sorpresa no podía extenderse más.
Abrazó a sus padres y ellos le dieron bendiciones especiales que nunca le habían dado. Ella pensó en que quizá no fue la única que vivió un calvario durante el tiempo que no se vieron.
Keelan los vio despedirse y se sintió feliz de haberle dado la sorpresa a Anastasia (aunque al principio pensó que había cometido un error, por la forma en que ella reaccionó).
—Ya podemos irnos. —dijo su esposa acercándose a él, asintió y la guio hacia la puerta que les llevaría directamente al puerto subterráneo en el que estaba escondido su yate.
Miró hacia atrás y se encontró con que sus suegros les miraban mientras se alejaban de ellos.
Keelan asintió, en una seña silenciosa y su suegro le respondió asintiendo también.
Comenzaba la primera parte del plan. Sólo esperaba que todo saliera bien.
Anastasia y él se iban, pero eran su hermano y su suegro quienes quedaban encargados de realizar la respectiva investigación.
Su esposa lo siguió en silencio y él se enfocó en bajar al muelle subterráneo.
Era una locura, pero ellos realmente habían creado un muelle dentro de una roca hueca que daba directo al mar.
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ESPOSA SUSTITUTA (Saga Vasileiou I)
RomanceAna nunca ha sido el primer lugar... Pero, después de tanto tiempo sumida en una vida solitaria, por fin la vida le da la oportunidad de hacer algo diferente. Ella finalmente podrá ser alguien en la sociedad griega y, al mismo tiempo, salvará a su...