CAPÍTULO 74

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—¿Y qué es lo que, según tú, necesitas que hagan? —preguntó una voz que Zacarías conocía muy bien. Era el mayordomo de Victoria. Uno de sus secuaces más fieles.

—Lo que necesito que haga, es que esté en la palma de mi mano. Las quiero a ambas manipulables y listas para obedecer a mis órdenes... En el caso de Anastasia, sería decirle a su papito que yo soy una buena madre y que debemos ser una familia feliz. —dijo Victoria sonando como una desquiciada y Zacarías contuvo la respiración.

—¿A su papito? ¡¿Te refieres a...?! ¡¿Pero acaso te has vuelto loca?! ¡Ese hombre no quiere saber nada de ti, Victoria!... ¿O acaso se te olvida que huyó de aquí en cuanto tuvo la oportunidad? —respondió el mayordomo.

—No me importa. Lo quiero... Siempre lo he querido. Cuando me casé con Tholos yo no me había enamorado, jamás lo hice hasta que él llegó a mi vida. Me obsesioné con él. Aún lo amo con locura y jamás dejaré de amarle. —respondió ella.

—¡Te has vuelto loca! —aseguró el secuaz.

—Si, loca por él. Estoy loca y voy a recuperarlo, cueste lo que cueste. —respondió ella.

—No puedes pretender hacer un lazo madre-hija después de tantos años, y mucho menos pretender que, porque te apareces con tu hija bajo el brazo, ese hombre querrá volver contigo; porque no lo hará, Victoria. Tú y yo sabemos que él ya tiene su propia familia. En todo caso, puede apreciar el hecho de que lo acerques a su hija... La hija que, por cierto, ni siquiera sabía que tenía. Pero él no va a dejar a su familia por ti. No después de lo que le hiciste. —dijo con sinceridad.

—¡Claro que sí lo hará! —gritó Victoria interrumpiéndolo.

—Escucha, puedes tomar mis consejos como lo que son; un bien para ti... O puedes simplemente ignorarme y hacer lo que se te antoje, pero ten en cuenta que la mafia no cree en falsas lealtades y si tú dejas todo por buscar a ese hombre... Te van a perseguir hasta matarte. Sabes muy bien que "El Monstruo" está más que dispuesto a hacer el trabajo sucio después de qué descubrió lo que hiciste con su padre y con su hermana. —indicó el mayordomo.

Zacarías no podía creer lo que estaba escuchando.

Hasta hace poco nadie sabía que "El Monstruo" en realidad sí era hijo de sangre del anterior Sr. Tholos, jefe de la mafia.

Ese hombre era el heredero legítimo de la mafia griega... Puesto que Victoria le había querido negar.

¿Regresaría para tomar venganza?

¿Afectaría eso a Anastasia por ser hija de Victoria?

Zacarías seguía pensando en que, ahora que se conocía el origen del Monstruo, y que había demostrado su valía, no sabían qué hacer con él; pues hasta el momento no se había interesado en tomar su puesto como heredero.

Razón por la cual Victoria seguía en el poder aun cuando no le correspondía.

Pero ahora que Zacarías sabía eso, estaba seguro de que el monstruo no iba a dejar que ella se saliera con la suya, no cuando pensaba seguir insultando el nombre de su difunto esposo y líder de la mafia.

—¡Cierra la boca! —gritó Victoria trayendo a Zacarías de regreso a la realidad, recordándole que no debía distraerse porque seguía espiando detrás de la puerta. —¡Nadie sabe lo que sucedió con el Rey, y es mejor que esto se quede así! En cuanto a lo que pasó con Eleanor... Era lo correcto por hacer, pues ella estaba destruyéndose a sí misma después de conocer a ese tipo... Todo por perseguir a alguien que no le convenía. Aun me cuesta creer que ella logró escapar de mis garras por más de cuatro años. —indicó con frivolidad y la otra persona se mantuvo en silencio por unos segundos. —En fin... Mientras Anastasia no quiera ponerse rebelde como su hermana, ella estará bien; pero en caso de que quiera rebelarse, me encargaré de que reciba el mismo tratamiento de Eleanor. Ya sabemos que es efectivo y hace que se vuelvan muy obedientes. —agregó y luego se escuchó suspirar al mayordomo.

ESPOSA SUSTITUTA (Saga Vasileiou I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora