ESPOSA SUSTITUTA (Saga Vasileiou I)

CAPÍTULO 30

Buscó por un rato y dio con las grabaciones.

Al principio eran de la tarde, en las que efectivamente se veía a Anastasia estar en la casa.

Keelan la vio ir y venir haciendo distintas cosas en el interior de la pequeña mansión.

Al parecer a ella le encantaba ir de aquí para allá en nada más que una camiseta y bragas de algodón. Vio con atención cómo ella daba unos saltitos, intentando alcanzar un cajón de la cocina.

Él vio cómo su trasero rebotaba dos veces antes de alcanzar un frasco y frunció el ceño.

Mierda, esa visión de ella siempre lo transportaba a esos recuerdos que le atormentaban constantemente.

Cerró la ventana y abrió el siguiente video. Así fue cambiando, hasta que luego llegó a un video en el que se fue a la playa.

La vio caminar, salir por la escalera que estaba al lado de la piscina y caminar por la arena en dirección al mar.

Allí, se encontró con la familia feliz; Basil y sus dos hijos la recibieron sonrientes. Ver esa escena del video le quemó la boca del estómago y él casi soltó un gruñido del enojo.

Anastasia les abrazaba feliz, sonreía como si fueran lo único que le causaba felicidad. Eso le hizo sentir un poco de envidia.

Ya él había visto esa escena desde el ordenador de su oficina en el trabajo, pero ésta repetición parecía más ofensiva.

Adelantó un poco la grabación y vio cuando ellos se fueron a la casa de los vecinos.

Estaba pensando en levantarse e ir a tumbarle la puerta de la casa a Basil, hasta que el video siguió corriendo y decidió adelantarlo.

Para su sorpresa, un par de horas después (según lo que indicaba el mismo video), vio como ellos regresaban a la playa.

Por la forma atenuada en la que se veía la luz del sol en la grabación, él asumió que ya el sol se estaba poniendo... Así que en el video faltaba poco para anochecer. Cosa que a Keelan le pareció perfecta, porque eso quería decir que se habían ido de allí no hacía mucho.

Siguió viendo el video y se dio cuenta de que Basil y Anastasia comenzaron a nadar.

Mientras los niños seguían en la playa, Basil le mostraba formas de nadar a su esposa.

Desde la posición de la cámara de seguridad sólo se podía ver la espalda de Basil y los gestos que hacía, mostrándole a Ana cómo nadar.

Luego, vio cómo ella salía del agua e intercambiaban algunas palabras.

Basil asintió y Keelan vio cómo ella comenzó a nadar hasta lo más profundo.

La mano de Anastasia salió desde el agua y tocó la boya, luego la vio emprender su regreso.

¿Por qué demonios hacía eso?, se preguntó el Vasileiou comenzando a impacientarse. De pronto ya no se vio más a Anastasia y Keelan vio cómo la espalda musculosa de Basil se tensó en la grabación.

Pasaron un par de segundos y él no se movió ni un milímetro.

Keelan se acercó a la pantalla de forma instintiva y lo vio sumergirse en el mar.

Salió unos minutos después a la superficie, Keelan se acercó aún más a la pantalla, como si eso fuera a darle el zoom que necesitaba.

Se sentía terriblemente preocupado.

¡Algo le había sucedido a Anastasia y ni él, ni Angelique se habían enterado de nada!

Su esposa seguía dentro del mar cuando Basil se sumergió. No habían señales de ella.