Se inclinó un poco encima de ella y recorrió su costado con un dedo. La piel de Anastasia se erizó en respuesta. Le encantaba su figura de guitarra, pensó él viéndola deslumbrado.
Sus pechos eran relativamente grandes, con pezones de color rosa oscuro. Eran perfectos para sus grandes manos.
Anastasia tenía un lindo vientre redondeado y generosas caderas que lo hicieron delirar de nada más pensar que se abrazaría o agarraría de ellas perfectamente.
Su zona íntima seguía perfectamente depilada y él la miró con lascivia.
—Me encanta. —susurró y bajó a dejar un casto beso sobre la piel.
Anastasia soltó un gemido suave y él sonrió dándose cuenta que ella ponía a prueba su autocontrol, una y otra vez.
—¿Estamos de ánimos para preliminares o...? —comenzó a preguntar y ella tiró de él para besarlo. Parecía ansiosa por hacerlo de una vez, pero Keelan quiso llevar el control del momento.
Prácticamente iba a ser su primera vez estando en todos sus sentidos y él quería hacer del momento algo memorable.
No quería lastimarla por su impaciencia, quería que ese fuera un momento para recordar.
Bajó un poco, aun estando encima de ella (que lo observaba atenta a cada movimiento de parte de él).
—Eres hermosa, Anastasia. —susurró al tiempo que dejaba un beso en la piel entre sus pechos.
El color rosa oscuro de sus pezones contrastaba con su piel morena, encendiéndolo tanto que no encontraba las palabras.
Ver sus pechos desnudos lo excitaba tanto como la desnudez en su zona íntima.
Él recordó, repentinamente, la forma en que ella le había hecho sentir la última vez y se inclinó con decisión hacia un lado, trazando con su lengua la aureola rosada.
Sintió a su esposa tomar aire bajo él y ese fue el incentivo que necesitó para cerrar sus labios sobre su pezón erecto. Lo succionó igual que como ella le había chupado, con esmero y al mismo tiempo con lentitud.
Quería hacerla disfrutar el momento y que jamás olvidara que ningún hombre iba a ocupar su lugar.
Se pertenecían el uno al otro e iba a demostrárselo a Anastasia.
Anastasia soltó un gemido y en un movimiento involuntario, abrió las piernas y levantó las caderas, chocándolas contra la ingle de su esposo.
Él soltó un gemido, haciendo que el pezón saliera de su boca con un "pop" y ella soltó un siseo.
—¡Lo siento! —exclamó sonrojada y él sonrió, subiendo a su cuello para dejar un beso allí.
—No te preocupes, amor. Puedes hacer lo que quieras conmigo, pero te advierto que estoy cerca y otro movimiento como ese puede que termine avergonzándome ante ti. —admitió escondiendo su rostro en el cuello de ella y Anastasia sonrió.
—Entiendo. —susurró ella casi sin voz de la excitación.
Keelan reanudó su succión en el otro pezón y ella se mordió los labios para no gritar.
Ella se sentía en una vorágine interminable, sólo subía y subía sin llegar a caer.
Él chupó con más ahínco y ella no pudo contener un grito.
Sus cuerpo quiso arquearse de nuevo, pero ésta vez ella detuvo la subida de sus caderas agarrándose al colchón con sus manos.
La respuesta de su esposa lo tenía extasiado, por lo que siguió acariciándole la piel con la lengua.
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ESPOSA SUSTITUTA (Saga Vasileiou I)
RomanceAna nunca ha sido el primer lugar... Pero, después de tanto tiempo sumida en una vida solitaria, por fin la vida le da la oportunidad de hacer algo diferente. Ella finalmente podrá ser alguien en la sociedad griega y, al mismo tiempo, salvará a su...