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TITUS

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MAR'I.

Era de tarde, acababa mis clases virtuales con el profesor Caster y había terminado mi entrenamiento rutinario con Bruce. Quedé con Lian en que veríamos una película antes de que ella fuera a una reunión con la familia de su novio.

Después de todo, era viernes y el ambiente en Star City debía gritar fiesta.

Cosa que en Gotham no pasaba, las personas sensatas se encerraban en sus hogares y los criminales salían a robar a los jóvenes ingenuos que salían con sus amigos a los bares nocturnos.

Bruce era el tema de conversación en cada canal de noticias de Gotham City, si no era el señor Wayne era algún crimen brutal que había sucedido en las calles turbias, también habían pedidos de captura para Batman y el Pingüino.

Gotham era diferente a las demás ciudades en las que estuve, eso estaba más que claro. En Metrópolis idolatraban y tenían a Superman como a un dios, en Star City Flecha Verde era un protector, en Central City Flash era un guardián, pero en Gotham City Batman era un criminal más.

Me preguntaba si era porque él era muy sínico a la hora de atrapar a un criminal, o si era porque no tenía poderes como los demás.

Jamás lo entendería.

Cuando salgo del baño, después de darme una duche, cepillando mi cabello, la laptop sobre la cama emite un sonido que me avisa la entrada de una videollamada recibida. No tardo en aceptarla y el rostro de mi mejor amiga pelirroja aparece frente a la pantalla.

Hola, estrellita —saluda, mientras se prende los botones de su camisa.

No sé si reír o hacer una mueca.

—Hola, pelirroja —me siento en la cama frente a la laptop, acomodando la pantalla para poder verla—. ¿Wally tuvo una sesión de masajes? —me burlo viendo como se arregla el cabello.

Cierra la boca —me señala amenazante—. Solo lo ayudé con algo.

—Claro —sonrío dándole una mirada que decía que claramente no le creía nada.

¿Qué veremos? —se acomoda sobre su cama—. Mientras no sean ninguna de las películas infantiles que miran tú y Mili, estaré bien.

Barbie no es infantil —me excuso pero ella me da una mira—. Bueno, nadie dice que solo los niños puedan verla.

Ella suelta un suspiro y niega con una sonrisa.

¿Cómo va tu estadía en la mansión enbrujada?

Suelto una risa.

—Mejor de lo que pensé. Alfred es muy amable conmigo —ella abre su boca y sé qué va a preguntar—, es el mayordomo de la mansión —explico y ella asiente—. Bruce es bueno, no lo veo mucho por aquí, solo cuando es hora de mi entrenamiento.

El gran Bruce Wayne debe tener demasiadas cosas para hacer —dice ella volviendo a asentir.

—Papá me dijo que sería así.

¿Y qué hay de Damian? —pregunta curiosa—. No lo veo desde hace tiempo. ¿Sigue igual de gruñón?

Sonrío recordando la noche anterior cuando él parecía disfrutar de la cena que preparamos. No era muy hablador, de hecho fui la que más habló en todo la noche pero aún así no sentí su incomodidad en ningún momento.

—Al principio fue grosero —respondo—. Pero creo que es cuestión de tiempo para conocerlo mejor.

Eso suena a que alguien está interesada en él.

✓ METANOIA | DAMIAN WAYNE [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora