✓ METANOIA | DAMIAN WAYNE [2]

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MAR'I.

—¿Por qué a papá no le gusta la carne? —pregunta curioso, sentado en la silla del comedor mientras termino de limpiar la chimenea.

—No es que no le guste, no quiere comerla porque le gustan más los animales vivos —explico, terminando de pasar el trapo por los bordes y arrojo las maderas dentro de ella.

—Titus es un animal —murmura, apoyando la cabeza en la mesa—. ¿Nosotros comemos perros?

—No, pero tal vez en alguna parte del mundo sí —procuro que no esté viendo y enciendo la chimenea con mi dedo—. ¡Listo!

—¡Fuego! —festeja, acercándose a calentarse las manos.

—No tan cerca, Tomy —le advierto, alanzándolo para cerrar las puertas de la chimenea con candado—. Ahora sí.

Suspiro mientras él se sienta a observar las llamas.

—Parece que es muy curioso. —Veo a Terry aparecer por el otro lado del comedor.

—A veces —asiento—. ¿No deberías estar en la escuela?

—No —me da una mirada que no me convence nada—. ¿Cuántos años tiene.

—Cumplirá cinco el 20 de agosto —le digo.

—Yo cumplo quince el 27 de junio —apoya los brazos sobre el respaldo de una de las sillas y mira el fuego.

—Es en unos días, ¿lo festejarás con tus amigos? —sonrío.

—Mis amigos están en prisión —suelta y borro mi sonrisa.

—Oh...

—Aunque tal vez no eran mis amigos —suspira.

—Bueno, puedo hacerte un pastel si quieres —sugiero, tratando de que se olvide de lo que sea que parece ponerlo mal—. ¿Te gusta de chocolate?

—¡Quiero de chocolate! —dice Thomas emocionado.

—Ya hablaremos sobre ti —presiono su nariz y él ríe apartándose, entonces vuelvo a mirar a Terry y lo veo mirarme en silencio—. ¿Chocolate?

—No creo que esté aquí —murmura, apartando la mirada.

—Puedo dejártelo en la mesa para cuando regreses entonces —digo, levantándome del suelo—. Tal vez en la mesa no, Titus come todo lo que esté a la vista.

Su mirada regresa a mí y asiente lentamente.

—Si quieres.

—Claro, no me molesta —sonrío.

Se aparta de la mesa y me da la espalda para comenzar a caminar hacia la salida de la mansión.

—Me voy.

—¿Es seguro que andes solo? —me preocupo.

—Tengo casi quince, sé cuidarme solo.

Suspiro al escucharlo abandonar la mansión y vuelvo a mirar a Thomas, él inclina su cabeza un costado.

*

—¿Qué le pasa a Terry? —pregunto mientras termino de ayudar a Bruce con la cena.

—Perdió a su padre hace un año por problemas con una pandilla que idólatra al Guasón —explica, terminando de acomodar los platos—. Se metió a una pandilla, y poco después los enjuiciaron por robo a mano armada, destrucción y obstrucción, algunos por asesinato. Terry recibió tres meses en el reformatorio por ser menor de edad.