✓ METANOIA | DAMIAN WAYNE [2]

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MAR'I.

Desde la primera vez que vi a Damian creí que sería del tipo de persona que está completamente destruida por dentro y como método de defensa quiere destruirlo todo por fuera. Estuve equivocada, él no está completamente destruido, aún batalla una guerra interna donde terminará por descubrir lo que realmente quiere ser en esta vida.

Bajo la mirada y lo veo descansar tranquilamente sobre mi pecho, con la respiración calmada y sus suaves latidos golpeando contra mis costillas. Pasé la mano por los mechones de su cabello y soltó una leve pero larga exhalación, sus párpados cerrados titubearon pero no se abrieron.

Aunque dijo que tenía pesadillas cada vez que dormía, estuve en esta posición con él más de tres horas y no había rastros de que estuviera sufriendo por alguna, tal vez solo estaba descansando y no durmiendo, no lo sé. Giré la cabeza hacia la derecha para ver hacia la ventana, a través de la cortina casi transparente podía notar el cielo naranja con destellos celestes y rosados, está amaneciendo.

Llevé la mano al bolsillo de mi pantalón, alzando un poco la cadera con cuidado de no moverme demasiado y despertarlo o interrumpir su descanso, saqué mi celular y lo encendí para ver la última respuesta de papá a mi mensaje, el que decía que no se preocupara y que volvería este mismo día.

PAPÁ
Avísame si sucede algo extraño.
No quiero que estés ahí por mucho tiempo, es peligroso.

Cuídate, Starshine. ❤️

Sonrío y le respondo enseguida, solo que al alejar mi mano del cabello de Damian para terminar de enviar el mensaje, este suelta una queja y bajo la mirada hacia él intrigada. Seguía con los ojos cerrados.

—Me duele la cabeza. —murmura, comenzando a curvar el entrecejo hacia abajo con amargura.

Apago el celular y lo dejo a mi costado para volver a acariciar su cabello con mis dedos.

—Deberías dormir un poco más.

Su cabeza sobre mis pechos se inclina hacia arriba y apenas abre los ojos para verme.

—Necesito tu calor. —vuelve a cerrarlo y acuesta la cabeza otra vez.— Eso me ayudará.

—Aquí hace treinta grados, Damian —susurro, bajando mi mano a la piel de su frente para tomarle la temperatura—. ¿Por qué sigues frío?

—Se supone que debo estar muerto. —balbucea, mientras se pone cómodo y comienza a calmar su respiración dándome a entender que volvía a dormirse lentamente.— Mi temperatura volverá a la normalidad en cuanto... —pero todo lo que sale de su boca es una exhalación y vuelve a caer dormido.

Sé lo que quiso decir, por más dormido que estuviera, él quiso decir que volvería a la normalidad en cuanto su cerebro también lo hiciera.

Al menos esta vez ya no se despertó con ganas de asesinar a alguien, fue un buen paso.

Suspiro formando una sonrisa y vuelvo a agarrar mi celular, asegurándome de no apartar la mano de su cabello para que no vuelva a despertarse. Me entretengo con los mensajes de mis amigas y las ocurrencias de Milagro sobre ir de vacaciones a algún país lejano para no tener que soportar la cara de su ex ni un minuto más.

Tal vez tenía razón, deberíamos tener un momento para nosotras y olvidarnos de los demás un tiempo, solo que ahora tenía que encargarme de la ex de mi novio, que no vuelvan a matarlo y que empezar a trasladar mis cosas a mi nuevo departamento. En estos momentos no había lugar para unas vacaciones.

Por accidente termino abriendo la galería de fotos pero me quedo observando las fotos con ellas que nos sacamos unas semanas atrás cuando estuvieron conmigo, pasé de una en la que estábamos las tres junto a Wally en los bolos a un vídeo donde Milagro discutía con Lian por quién tenía el puntaje más alto, seguí pasando de foto en foto, pasando por las que le saqué al paisaje de Gotham, las que saqué en la feria, pero una vez que terminé de pasar por esas frente a mis ojos apareció una que creí haber borrado: la foto del baile de graduación.