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MAR'I.

Ella seguía atacando y yo esquivaba sin más. Era rápida y habilidosa, todos sus movimientos serían certeros si no me moviera unos segundos más rápido que ella. Intentó clavar el cuchillo en mi cuello por quinta vez pero bloqueé su movimiento con mi brazo y la pateé otra vez, enviándola contra los contenedores de basura.

—Ya quédate quieta, solo te harás más daño.

—Eres engreída —bufa, agarrándose el abdomen y levantándose del suelo, dándome cuenta que había abollado el metal del contenedor.

Me pasé.

—Tú parecías serlo también hace unos minutos atrás. ¿Dónde quedó toda esa seguridad?

La peliblanca gruñe, se agacha y con rapidez saca algo de su cinturón, que lanza hacia mí pero me muevo para que cruce a por lado, el sonido del metal regresando hacia mi cabeza me hace voltear y tomar los shurikens con una mano. Error. Para cuando me doy cuenta que es una distracción, ella corre hacia mi con una manopla con pinchos en su mano y me da un puñetazo en la cara.

Mi cabeza apenas se mueve a un lado y escucho el sonido de los pinchos abollándose contra la piel de mi rostro.

Era fuerte, tal vez había absorbido los poderes de alguien con super fuerza, pero aún así no pudo voltear mi rostro solo moverlo unos centímetros.

—¿Qué mierda eres? —pregunta, alejando su puño para volver a intentar golpear, solo que agarro su muñeca con la mano y volteo a verla enojada.

—¿A cuántos mataste para conseguirlos? —es todo lo que sale de mí mientras presiono mi agarre en su muñeca y su mano se abre soltando la manopla.

—Así que te habló sobre mí —sonríe burlesca, inclinando levemente la cabeza a un lado—. Supongo que ya sabes que él estuvo muy enamorado de mí —hace una mueca divertida. Me doy cuenta que intenta provocarme como lo hizo con él, pero no iba a caer en su juego, no cuando mi principal entrenamiento se basa en el autocontrol—. ¿Ya te presentó a su familia? —me mira directamente a los ojos, buscando una reacción para aprovechar la oportunidad—. Su madre, su abuelo, su tío... Oh, todos son muy buenos conmigo. Me amaron apenas él me presentó a ellos —se acercó hasta quedar a escasos centímetros de mí. Su aliento olía a chicle, pero el aroma que desprendía su ropa era a sangre, podredumbre y muerte—. Supongo que no contarás con la misma suerte. Menos cuando su madre vino a mí sabiendo que soy la única que puede hacerlo recordar. Créeme, dulce Mary; no lo conoces. Su existencia  se basa en una sola cosa: asesinar.

Bien, ya me cansé.

Mi otra mano la tomó por el cuello y sus ojos se expandieron con impresión ante la fuerza que ejercí en él, asfixiándola mientras la elevaba unos centímetros del suelo.

—Tal vez sepas como era él en el pasado, pero no lo conoces ahora —la acercó a mí a la vez que ella rodea mi muñeca con sus manos—. Vuelve a herir a mi novio y vas a meterte conmigo —su mirada inyectada en sangre e ira se conectó con la mía—. No me importa qué o quién te envió, si quieres intentar recuperarlo o no. Pero hazle un rasguño más y me aseguraré de que conozcas el verdadero dolor, Flatline.

La suelto y ella cae al suelo agarrándose el cuello, respirando profundamente con desesperación. No me detuve a verla, tampoco me sentía bien después de mantener mi ira bien enjaulada en el fondo de mí, y si la veía sentía que estallaría, literalmente.

—¡Es un Al Ghul!

Detengo mis pasos a varios metros de ella, aún escuchando su respiración agitada y su mirada apuñalando mi cuerpo.

✓ METANOIA | DAMIAN WAYNE [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora