✓ METANOIA | DAMIAN WAYNE [2]

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DAMIAN. [+18]

Tardamos una hora en subir todas las cosas a su departamento, el cual estaba en el décimo piso, y al subirnos en el ascensor por última vez con los bolsos Mar'i parecía bastante ansiosa y suponía que se debía al nuevo cambio. A diferencia de mí debió estar la mayoría de su vida junto a su padre y ahora, después de años, se separaba de él.

Veo de reojo como sus manos juegan con la cinta del bolso sin quitar la mirada de los números que cambian sobre las puertas. Noto que frunce el ceño levemente y aún así no quita la mirada de las luces. Aparto la mirada de ella y me centro en el metal frente a nosotros.

—¿Tienes hambre? —rompo el silencio, sacando el celular del bolsillo mientras sostengo con la otra mano la jaula con su gata dentro.

Voltea a verme saliendo de su trance.

—Sí.

Paso la mirada de la pantalla del celular a su mirada y ella sonríe, ladeando la cabeza a un lado. La admiro por unos segundos y sigo sin comprender cómo puede lucir más hermosa cada día. Aunque llevaba una remera blanca que le llegaba sobre la cintura, con estampado de una cantante y unos pantalones anchos junto a unas simples zapatillas, su cabello estaba recogido en un moño perfectamente peinado, dejando dos mechones caer a los lados de su cara y sobre sus pechos, ella se veía como una diosa a la que no dudaría en rezarle todas las noches.

Las puertas frente a nosotros se abrieron y le hice un gesto para que se adelantara mientras encargaba nuestra cena.

—¿Lasaña? —pregunto, levantando la mirada del celular hacia ella que caminaba unos pocos pasos delante de mí por el pasillo.

—Sabes que sí —voltea mientras camina y me regala una hermosa sonrisa.

Entrecierro los ojos admirándola y ella vuelve a darme la espalda a la vez que una persona abre la puerta del 347, me quedo observando unos segundos solo para ver a una chica salir del departamento y detenerse al ver a Mar'i, lo mismo que hace mi novia al verla, así que también lo hago para no dejarla ahí.

—Mary —la saluda la chica de cabello castaño que acababa de salir del departamento.

—Celia —la escucho saludarla y me quedo a unos pasos de ellas, mientras ambas se observan como si vieran un fantasma.

Las miro con detenimiento, parecen tener un pasado muy tenso como el ambiente que las rodea. Se sonríen pero noto que ninguna de las dos está muy segura de qué decir.

—¿Cómo va la mudanza? —le da un vistazo al bolso en sus manos—. Debiste decírmelo y te ayudaba.

—No era necesario, ya tengo a mi ayudante —bromea, señalándome sobre su hombro y le doy una mirada antes de volver a centrarme en la pantalla del celular.

Siento la mirada de la otra chica recorrerme sin discreción alguna, suelta un sonido agudo y vuelve a hablar:

—¿Es tu novio? —curiosea.

Vuelvo a ver a Mar'i de reojo, apartando la mirada del celular solo por un instante para ver y escuchar su respuesta.

—Sí, es Damian —asiente, la otra chica me sonríe y agita su mano como saludo, yo solo formo una mueca que intenta ser una sonrisa para responderle pero no pasó nada de eso, solo fue una mueca—. Él es poco sociable —sonríe ella, atrayendo su atención nuevamente y se lo agradezco.

—Ah, entiendo —asiente ella y vuelvo a concentrarme en encargar la comida—. ¿Tú y Grant terminaron?

Vuelvo a levantar la mirada hacia ella y noto que está algo tensa.