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DAMIAN.

—¡Nika! —relogié el lugar a mi alrededor con la mirada.— ¡¿Querías arreglar las cosas?! —la bodega estaba sumida en una oscuridad silenciosa, pero sabía que estaba aquí.— ¡Bien! ¡Ven aquí y arreglémoslo!

Una silueta se lanzó desde el barandal del segundo piso y aterrizó a varios metros de mí, una risa resonó por todo el lugar creando un suave eco en el aire.

—¿Tan emocionado estás de verme?

Aguardo en silencio mientras mis manos se transforman en puños y la ira recorre todo mi cuerpo.

—Te creí más inteligente.

—¿De qué hablas? —finge inocencia.

—A veces pienso que fui demasiado lejos contigo al terminar de esa forma contigo, ¿sabes? —doy unos pasos hacia ella y sus ojos brillan con curiosidad mientras recorren mi cuerpo con detenimiento.— Pero hoy me recordaste porqué te saqué de mi vida.

Su sonrisa se borra por completo y su mirada regresa a mi rostro.

»Usas las heridas de los demás para dañarlos y fortalecerte. —doy unos pasos más hasta quedar a poco más de un metro de ella.— Quieres dañarme, lo comprendo. Pero hoy no me dañaste solo a mí.

—¿Hablas de tu adorable familia a la que amas tanto? —se burla—. Hablé con tu sobrina... ah, no, perdón, es tu novia, ¿no?

Mi cabeza se inclina ligeramente hacia un lado al escuchar su provocación.

»También con tu... ¿cómo quieres que le diga? ¿Hermano, suegro...?

Doy otro paso más y ella sonríe.

—Te advertí muchas veces que te fueras y no me hiciste caso. —me detengo, pero ahora es ella quien se acerca a mí y termina poniendo su rostro a centímetros del mío, sin borrar su sonrisa.— Terminaste por hartarme, Flatline.

Su mano se apoya sobre mi traje, en la parte del abdomen, y sube lentamente hasta apoyarla en mi pecho.

—¿Esto no te trae recuerdos? —inclina su cabeza hacia un costado y sus labios rozan la piel de mi barbilla.

Mi mano rodea su cuello y la alejo se mí con la furia inyectada en mis ojos.

—¿Crees que puedes amenazarme?

Ella ríe y su otra mano acaricia mi mejilla, mientras que la otra presiona la palma contra mi pecho, sobre mi corazón.

—Ambos sabemos que te ablandaste, y que puedo matarte, nuevamente —aleja su mano de mi pecho e intenta dirigirla nuevamente allí pero con bastante fuerza, solo que la agarro de la muñeca y la detengo que ambas manos—. Déjame tomar tu corazón una vez más, Damian.

La aparté de mí de un empujón y retrocedí.

—Quiero que te vayas, quiero que nunca regreses a mi vida, solo vete.

—Sabes que no renuncio a lo que quiero —observa su mano uno segundos y vuelve a mirarme—. Quiero que regreses a ser quien eras.

Camina hacia mí y no tengo tiempo para retroceder por su rapidez, toma los laterales de mi cabeza para acercarme a su rostro hasta que nuestras narices se rozan y su mirada penetra la mía hasta perderme en el vacío de ella.

—Suéltame. —ordeno, tomándola por las muñecas y tratando de arrancar sus manos de mí, pero claramente era imposible cuando ella usaba sus poderes y habilidades.

—Ven a mí —susurra contra mis labios y creo una mueca mientras alzo la cabeza para alejarme de los suyos—. Te extraño.

Mi respiración se corta pero no bajo el mentón, solo la mirada para ver como ella me mira con anhelo y melancolía.

✓ METANOIA | DAMIAN WAYNE [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora