27

1.4K 172 17
                                    

DAMIAN.

—Esto te pertenece. —le lanzo la funda del cuchillo y cae cerca de sus pies.

Ella lo observa unos segundos y después lo patea para que quede junto a mis pies.

—Es tuyo, ¿no lo reconoces? Tallaste las iniciales D.A. en él —puedo incluso presentir su sonrisa debajo de la máscara—, por Damian Al Ghul —me agacho para tomar la funda y la aprieto entre mis manos—. No, tu nombre no es Damian Wayne, y lo sabes.

—Vete de la ciudad, vete y no vuelvas. —la amenazo, apretando el metal entre mi puño.

—Ibn al Xu'ffasch —me congelo ante sus palabras—, ese el nombre que el abuelo te dio. Entonces, hazle honor a tu nombre, hijo del murciélago —mi mano soltó la funda y sacó el bō de mi espalda—. Ahora nos entendemos mejor.

Sacó sus katanas y corrió hacia mí, me agaché y bloqueé sus armas con el bō antes de darle una patada en el estómago, ella se desequilibró pero retomó la postura en cuanto me lancé sobre ella para golpearla.

—Intentas te matar a mi perro.

—No te pongas sentimental —una de sus katanas cae de sus manos y aprovecho para soltar el bastón, y con un rápido movimiento, me agacho para agarrar la katana y bloqueo la que tiene en sus manos con ella—. ¿O es que tu noviecita te tiene de la correa?

Una risa seca sale de mi boca pero ningún tipo de expresión se refleja en mi rostro y la presión que ejerzo sobre la katana incrementa a tal punto que la de ella tiembla.

Giro y la pateo otra vez, pero esta vez en las manos, y su katana cae a metros de nosotros, la tomo del cuello y la lanzo al suelo escuchándola quejarse debajo de la máscara, camino hacia ella y mi pie se presiona en su estómago, ella toma mi tobillo y lo rasguña pero comienza a reír desquiciadamente.

»Veo que si te tiene de la correa —ríe, pero se queja en cuanto presiono mi pie contra su estómago, libera mi pie y deja caer sus brazos a los lados de su cuerpo mirándome con sus ojos verdes brillando en ira, rencor, odio y diversión—. Termina con lo que empezaste.

Acerco la punta de la hoja de la katana a su cuello y sus ojos brillan con algo más: desesperación.

—Como vuelvas a meterte conmigo, te arrojaré a Arkham y me importará una mierda qué pase contigo. —me inclino sobre ella, ejerciendo más presión sobre su estómago.— Eres una maldita plaga para mí. Intenté ser gentil, perdonarte a ti y a tu asqueroso padre, pero solo hiciste que mi odio consumiera más rabia. —la hoja de la espada hace un corte superficial en su cuello.— Dile a tu padre, o a Ra's, a quién sea que te haya enviado, que si quieren matarme tendrán que venir por mí porque no hay peor cobarde que el que se esconde detrás de otros para sobrevivir. ¿No es así, Mara? —lanzo la katana lejos de nosotros y me alejo de ella, agarrando mi bō y guardándolo.

—Damian —me llama cuando estoy caminando hacia el callejón oscuro, me detengo pero no volteo por completo, solo la miro sobre mi hombro esperando a que hable—. Fue tu madre.

Por más que no muestro emoción alguna, siento la confusión y el asombro acelerad mi corazón.

—¿Te envió a matarme?

Creí que, al menos, no iba a hacer algo así, tuve esperanzas.

—No —se quita la máscara, sentándose en suelo y mirándome con seriedad—. Quería que volvieras. Te extraña, Damian.

Vuelvo a ver al frente, sumido en mis recuerdos.

Mamá.

—Dile a Thalia que no volveré.

—Enviará a Nika.

Me congelo.

Nika no dudaría en atacar sin pensarlo, ella no dudaría en lastimarme después de lo que le hice.

—No me importa. —continué mi camino.

La oí suspirar pero no le di importancia, caminé fuera del pasillo hasta mi motocicleta y me subí a ella, encendiendo la pantalla entre el manubrio para ver la misión que acaba de enviarme Pennyworth. Mientras me colocaba el casco, sentí mi teléfono vibrar, así que tomé la llamada apretando el comunicador en mi oreja antes de terminar de ajustar el casco y seguir mi camino hacia mi objetivo; un camión con municiones robadas.

Damian.

—Mar'i —me quise golpear por sonreír inconscientemente debajo del casco—. ¿Ya me extrañas?

Mentiría si te dijera que no te extraño, maldito gruñón.

Volví a sonreír.

—¿Pasó algo?

Esquivo varios vehículos, viendo la pantalla que me mostró el recorrido que estaba haciendo el camión, iba a tener que tomar un atajo, estaba muy lejos y debía estar repleto de patrullas detrás de él.

¿Estás ocupado? Podemos hablar después.

—Estoy bien.

Estás conduciendo, hablaremos más tarde.

—Tengo un minuto para ti, dime lo que quieres decirme.

La escucho suspirar.

Es sobre papá.

—¿Qué hizo Grayson?

Diría nada pero hizo algo que nos pone en un aprieto a ambos —responde, haciendo una corta pausa antes de seguir:—. ¿Bruce no te dijo nada?

—No tuve tiempo de regresar a la mansión, estuve todo el día ocupado. ¿Qué sucedió?

Papá le dijo a Alfred que le diga a tu padre que se aleje de mí —frunzo el ceño, no solo por la oración que acaba de salir de su boca sino también por lo que Grayson había hecho—. No quiere que me relacione con tu padre de ninguna manera.

Hijo de perra.

—¿Le harás caso?

No, creí que quedó claro que nadie decidía por mí —sonreí ante sus palabras—. Pero me duele esconderle algo, aún más que se lleven mal. ¿Tienes alguna idea de por qué no se llevan bien?

—Tsk. A Grayson no le gusta como se maneja mi padre.

No me parece razón suficiente para alejarlo.

Mi padre golpeo a un hombre frente a su familia, Grayson se opuso, solo se que después de eso se fue de la mansión.

Eso es un poco... No importa, sigue pareciéndome poco para la forma en la que actúa.

—Hablaré con mi padre, intentaré sacarle toda la información posible.

Gracias.

—¿Estás haciendo todo esto por nosotros?

La escucho sonreír.

Sí, quiero que todo esté bien para nosotros.

Las esquinas de mis labios se alzan y diviso la salida del puente en el que me metí, aproximándome hacia la luz al final de la oscuridad.

—Debo irme.

Bien.

—Mar'i.

¿Sí?

—También comienzo a extrañarte.

La escucho soltar una risa.

Cuídate, por favor.

—Lo que digas.

━━━━━━━━━━━━━━━━━━━

Lo que digas, patrona*

✓ METANOIA | DAMIAN WAYNE [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora