Desde el alma

Capítulo 19

Las chicas volvieron a la Facultad; tenían clase hasta las seis y los chicos salían a las siete, así es que al salir fueron a la cafetería a esperarlos. Allí estaban Marta y Consuelo y les sonrieron cuando las vieron; ellas devolvieron la sonrisa. Luego entraron dos chicas y se sentaron con ellas.

―Me alegro de que Marta y Consuelo tengan amigas ―expresó Vania.

―Yo también me alegro ―agregó Paula―, antes era solo la Isabel y nadie hablaba con ellas.

―Yo me alegro de que hayan abierto los ojos y se dieran cuenta de cómo es la Isabel, ahora son libres ―añadió Beatriz.

En ese momento, Isabel se asomó a la cafetería y al ver a Vania con sus amigas y en otra mesa a sus examigas con otras chicas, se fue furiosa.

Cuando llegaron Juan Carlos y José Luis, Beatriz se despidió, pero antes de salir de la cafetería, Marta la llamó.

―¿Sí? ―Se detuvo Beatriz.

―¿Quieres sentarte un rato con nosotras? Ya veo que no quieres tocar el violín.

Beatriz dudó un momento y luego se decidió.

―Bueno, un ratito ―aceptó sentándose con las chicas.

―A nosotras nos conoces y ellas ―habló dirigiéndose a las otras chicas―son Karin y Ariana, Pedagogía, compañeras nuestras.

―Hola ―saludaron las chicas.

―Hola ―respondió Beatriz―, de verdad no quería tocar el violín y como la Sofi no vino hoy, me quedé sola.

―Si nos aceptan como sus amigas, nosotras felices ―confesó Consuelo.

―Sí, no creo que haya problema.

―La Isabel ya no tiene nada que ver con nosotras y no volverá a molestar a la Vania y a Juan Carlos ―contó Marta.

―¿Y eso? ―preguntó Beatriz.

―Por el bien de ella, y lo sabe ―respondió Marta.

―Qué bueno, bien problemática que es ―afirmó Beatriz.

―Así es, no entiendo cómo la aguantamos tanto tiempo ―reflexionó Marta.

―Lo bueno es que se liberaron de ella ―intervino Ariana.

―Así es, no saben lo bien y lo libres que nos sentimos ―confesó Consuelo.

―Ella es tóxica ―expresó Karin.

―Bueno, ¿qué tomamos? ―preguntó Ariana.