Capítulo 76

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Los días siguientes Sofía estuvo bien, pero sin ánimo. Los chicos fueron el sábado a verla, todos querían animarla. Soledad le ayudó a poner bocadillos en la mesa de la terraza y trataba de animarla con cualquier cosa.

La tarde fue entretenida, pero Sofía sentía que no tenía futuro, que estaba encerrada en una habitación a oscuras, la cual no tenía salida.

Esteban y Soledad se fueron el domingo en la tarde, pues debían volver a trabajar el lunes. Nalia se quedó, quería estar con ellos para el resultado del examen.

Fer pensaba. Quería hablar con Esteban, sentía que lo traicionaba si no le decía que de vez en cuando hablaba con Sofía, pero... ¿qué le diría? ¿que estaba enamorado de ella? ¿así sin más? Si nunca la había visto. Decidió llamarlo.

―Fer, amigo, ¿cómo estás?

―Bien, Esteban. ¿Y ustedes?

―Bien, llegando de Santiago, no te había llamado porque estábamos con la Sofi, que no estuvo muy bien con los efectos de la quimio.

―Esteban... quería hablarte sobre eso...

―¿Sobre eso? ―preguntó extrañado Esteban.

―Sí, lo que pasa es que... bueno, yo...

―Tú ¿qué?

―Yo he llamado a tu prima un par de veces, hemos hablado...

―Pero si ella me pidió que te diera su número, de hecho, nunca te pregunté si la habías llamado.

―Sí, la he llamado, pero...

―Pero ¿qué? ―preguntó Esteban intrigado.

―Nada, eso, que la he llamado. Sentí que debía decírtelo. ―Fer no se animó a decirle lo que sentía porque ni él lo sabía.

―Está bien, amigo, no hay problema en que hablen, es bueno que tenga gente que pueda animarla. Mañana le dan el resultado del examen donde verán si tiene ese gen que muta y que nutre a las células cancerosas.

―Eso era lo del gen.

―Así es, si lo tiene, hay que darle un medicamento que bloquee ese gen, para que las células cancerosas no sigan reproduciéndose.

―¿Cómo está? No la he llamado.

―Sin ánimo. Tiene miedo.

―Sí, claro.

―Llámala para ver si se anima algo.

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