Capítulo 58

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―Mamá, papá ―habló Juan Carlos, que había ido a casa de sus padres a dejar los regalos de navidad―, necesito explicarles lo sucedido con Isabel, la chica que vino a hablar contigo el otro día.

―¿Qué pasa con eso, Juan Carlos? ―preguntó Roberto, su padre― tu mamá me contó.

―Ella fue mi polola en la U, pero pololeamos poco tiempo, es cierto que me acosté con ella, pero siempre me cuidé, después de un tiempo cambió mucho, era celosa, manipuladora, caprichosa, controladora. Traté de terminar con ella muchas veces, pero no entendía y me buscaba siempre, ni siquiera quería que me juntara con el Jose. Durante cuatro meses no pasó nada con ella, ni siquiera un beso, hasta que terminé con ella definitivamente. Yo me había enamorado de la Vania y hablé con ella cuando ya habíamos terminado con la Isa; un día apareció diciendo que estaba embarazada y que yo era el padre, pero yo sabía que no cabía ninguna posibilidad y le hice el examen de sangre que dio positivo al embarazo, pero decía ocho semanas, tú lo viste, mamá, y si hacía cuatro meses que no pasaba nada ¿cómo puedo ser yo el padre?

―Tienes razón, hijo.

―Claro que la tengo papá, y como seguía molestando fui a hablar con sus padres y ahí reconoció que el padre es un chico de la U, por eso pensé que no molestaría más, pero vino a hablar contigo, mamá.

―Sí, por eso te llamé para contarte.

―Bueno, fui a hablar con su padre otra vez y ahora él me dijo que me fuera tranquilo, que ella no nos molestaría más. Le dije que si volvía a molestar tomaría otras medidas. Espero que no vuelva y si lo hace quiero que me avisen de inmediato, por favor, y perdón por el mal rato que los hice pasar.

―Tranquilo, hijo, mientras todo esté claro y esa chica no siga molestando, está todo bien.

―Gracias, papá, gracias, mamá, que tengan una feliz navidad, mañana vengo a verlos ―deseó Juan Carlos dándoles un abrazo a ambos.

―Te esperaremos, hijo ―exclamó Roberto.

Claudia, Sofía, Soledad y Esteban bajaron a la playa un rato ya que hacía calor. Se unió a ellos Pablo y en la playa se encontraron con algunos de los chicos del grupo.

Todos estaban contentos de reencontrarse y hablaron sobre la junta que tenían en la noche.

―¿Fer va a venir? ―preguntó Elisa a Soledad.

―No está en Chile ―le contestó ella cortante.

―¿Cuándo vuelve? Lo extraño ―siguió Elisa.

―No sé ―contestó ella de la misma forma.

―¿Por qué contestas así? Todos saben que tu hermano me vuelve loca.

Desde el almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora