Capítulo 59

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Fer, luego de cortar llamó a Soledad, si no lo hacía no se lo perdonaría, y él por supuesto, quería hablar con ella.

―Hermanita, feliz Navidad.

―Feliz Navidad, hermano, ¿cómo estás?

―Bien. ¿Y ustedes?

―Bien. ¿Qué haces?

―Estoy con Gustavo, pero ahora ya nos vamos a la habitación.

―Pero ¿cómo estás?

―Bien, extrañándolos, pero bien.

―Nosotros también te extrañamos, Fer.

―Lo sé, hermanita. Supe que están en la casa de Esteban.

―Así es, en un rato más llegan los chicos por lo del amigo secreto.

―Ah, qué entretenido. La prima de Esteban, ¿cómo está? ―No sabía por qué preguntaba eso.

―Bien, se ve contenta y tranquila.

―Qué bueno, me alegro mucho, y estoy feliz de que no estén solos.

―Estamos muy acompañados, hermano, pero tú solo estás con Gustavo.

―Sí, pero ha estado entretenido, no te preocupes.

―¿Cómo está el tiempo?

―Nevando mucho, así es que hicimos una reserva en el restaurante del hotel.

―Ah, qué bueno, así no salen con tanta nieve.

―Sí, es difícil salir con tanta nieve.

―Si es así es mejor quedarse.

―Así es, ya Sole, te dejo, Esteban te debe extrañar.

―Pesado, por ahí lo veo, tampoco es que esté encima mío todo el tiempo.

―Una broma, hermanita, un beso, te quiero mucho.

―Y yo a ti, hermano, un beso grande.

Cortaron.

―¿Cómo está? ―preguntó Esteban, cuando Soledad cortó.

―Dice que bien, cenó con Gustavo y ahora se iban a la habitación.

Desde el almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora