Capitulo 2

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Narra Rocío

Sentada en el Banco con Gabriela en mi regazo me consentro en el servicio que ya había comenzado.

Gabriela se empeiza a inquietar sentada y la levantó colándola de pie sobre mí para que pueda saltar.

Extrañamente veo que se queda quieta mirando algo detrás de mi. No presto atención hasta que ella empieza a reír y saltar.

Vuelvo la mirada y si hay está el hombre que casi nos pasa el carro encima sonriendo con Gabriela.

Que hace aquí. No pence que una persona de su tipo pudiera estar en un lugar así.

Para aclarar estoy en una iglesia. Y no cualquier iglesia. Si no un abvectista del sectimo día. Tengo casi un año desde que desidi bautizarme en ella y la experiencia me ha gustado.

Bueno pues las cosas han cambiado para bien desde que llegué a esta iglesia. Muchas cosas maravillosas ocurrieron en mi vida desde que me volví a Dios. Muchos me llamarían loca y extraña pero sí, es mejor quedarme donde estoy que volver a un arduo pasado que solo me trajo sufrimiento. Claro nadie dijo que ser cristiano sería fácil.

Y si, se que lo que ocurrió hace un momento con el energu... tipo ese no era lo correcto pero caramba tienen que entender que no puede manejar de esa manera. Paso a un centímetro de nosotras.

Lo miró un poco seria y este me mira con el ceño fruncido, al parecer se había sorprendido igual que yo a verme hay.

Vuelvo la vista al frente y acomodó a Gabriela de manera que no pueda verlo. Me molestaba la confianza que mi Gabriela le daba a ese energu... hombre.

Comencé a buscar a Kelli com la mirada al ver si ya había llegado. Ya era costumbre hacerlo. Me daba ánimos verla también en la iglesia ya que ella fue la que me invitó por primera vez.

Ella era mucho mayor que yo era obvio, pero aún así la considero una amiga sobre todo porque somos hermanas en Cristo.

En mis tiempos de angustia siempre me apoyó y ayudo en lo que podía. Y siempre estuvo hay. Y por eso aunque no lo sepa siempre le estaré agradecida.

Adoraba verla llegar con su familia. Era algo algo lindo.

Después de visualizarla en el tercer banco de la parte del frente. Me quedo más tranquila.

Como siempre hago mire las familias allí reunidas con un poco de melancolía.

Me avergonzaba mucho saber que solo somos mi hija y yo. No es que me sienta mal de tenerla o que este arrepentida. Pero es que la mayoría de las familias aquí estan casados. Y por lo qué he notado en todo este tiempo es que soy la unica madre soltera.

Pasaron los minutos y las horas. Hasta que llegó el momento de la prédica. Claramente todos hablaban en portugués. Aunque no todos eran brasileros. Había varios Venezolanos también. Todo el mundo sabe que al llegar a un país que no habla nuestro mismo idioma tenemos que acoplarnos a el. Al igual que todos tuve que aprender el idioma a pulso ya que era requerido por estar rodeada de Brasileros. Y si soy, venezolana

Así transcurrió la mañana. Al finalizar el culto como le dicen aquí, el predicador se coloca en la puerta para despedirnos.

Sin bajar las escaleras espero a Kelli en la puerta y a su esposo Danny y a sus dos niños Kendal y Santiago para irnos.

-¡Rocío! Escucho que me llama Kelli desde el otro extremo de la sala.
- Dime
-Vente que te quiero presentar?
-Al que? - pregunto con desconfianza.

-Alex- dice Kelli aciendole una sella como para que se aserque

Lo que me faltaba.

Alex presenta a el señorito a los hermanos reunidos hay, escuché decir que su nombre era Santiago y si Kelli emosiónada porque se llamaba Igual a su hijo. Pero Estoy segura que el nombre no era su emoción.

Cuando el tal santiago llega hasta a mí Alex nos presenta también.

-Esta é Rocío, e o bebê é sua filha Gabriela. E Rocío, este é Santiago.
(Ella es Rocío, y la bebé su hija Gabriela. Y Rocío este es santiago)

Lo miro con cara de pocos amigos. Veo una pequeña sonrisa asomarse un su cara. Pence en dejarlo con las manos estiradas pero todos nos miraban y eso podría ser infantil dejarlo así.

Pero al parecer un poco curiosas esas miradas. Que rápidamente la desvían cuando los miró y empizan a hablar cosas sin sentido y Kelly entre ellos.

Al final acepto su mano y me saludo con amabilidad. Si piensa que por sonreírme olvidare el incidente de hace unas horas está equivocado.

Cuando voy a soltar mi mano este la apreta con un poco de fuerza.

Me queje en silencio y lo mire molesta soltando mi mano.

-Rocio, tengo que llevar rápido a unos hermanitos y después vuelvo para llevarte a ti. -Dice Danny.

-No Danny tranquilo. Recuerda que me queda serca y puedo ir caminando rápidito. Así ahorras gasolina.

-No vale yo te llevo.

-Danny por ese caminó es rápido. Tranquilo.

-¿Segura?

-Si

-Yo la puedo llevar- dice Santiago.

Unidos por el destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora