Capítulo 50

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Narra Rocío.

Tres días después...

Después de entregar unos pedidos de Romance, me senté un momento en un local a tomar algo y despejar mi mente.

No me mal entiendan adoro a mi hija, pero en estos momentos no me gustaría que sintiera mi estado de ánimo. Y menos que me viera llorar. A pesar de tener 10 meses de nacida. Por eso la dejé unos minutos con Mabel mientras hacia mis deligencias.

Encontrarme a Santiago después de semanas sin verlo me había afectado bastante.

Observo, mi botella de refresco casi vacía, estuve hablando con mi madre por una hora. La extraño demasiado

Suspiro.

Una botella de el mismo refresco que estaba tomando,  apareció en mi campo de visión. Levantó la mirada para ver a un mesero frente a mi.

- te mandam essa bebida, senhorita- niego desconfiada.
(Le mandan esa bebida señorita)

- Não, obrigado, diga a quem o enviou; Eu agradeço, mas não posso aceitar-un hombre guapísimo; pelo negro, ojos azules con mirada intimidante, de esas que te ponen la piel de gallina apareció frente a mi. El mesero se excuso para marcharse.
(no Gracias , dígale a quien lo envío que gracias pero no puedo aceptarlo)

-Buenas noches señorita-trague en seco al escuchar esa voz hablándome- no quiero ser inoportuno; mucho menos pretendo ofenderla - me miró fijamente con esos preciosos ojos azules.

-Buenas noches...

-Soy Yosep- dice extendiendo una mano.

-Rocío-.Dije al estrechar su mano y no pude evitar notar que tenía una mirada cautivadora. Cuya mirada me era muy, muy familiar-¿Nos conocemos de algún lugar? - no pude evitar preguntar.

-Nos vimos una vez en punta negra. Estaba un poco... Agitada ese día.

Asentí.

-Disculpe no lo reconoci.

-Esta bien. No hay problema. Llegué un poco antes que usted pero no quería ser inoportuno en saludarla creyendo que esperaba a alguien más. ¿Puedo acompañarla? digo si no le causó problema alguno con mi compañia.

-Creo que usted ya sabe la respuesta - apretó sus  labios en una línea.

-se me hace raro que una mujer tan hermosa este sola en este lugar.

-De verdad disculpe por no aceptar su bebida, pero ya es tarde y me tengo que ir - me puse de pie, y un pequeño mareo me hizo sostenerme de la mesa.

- ¿se encuentra bien? - su preocupación por mi me desconcertó, pero me negué en cuanto vi sus intenciones de querer ayudarme.

- Estoy bien, es solo que me puse de pie muy rápido.

-Permítame acompañarla, por favor- tenía toda la intención de ayudarme pero se contenía- no me perdonaría si le sucede algo, estando en mi el evitarlo

Buen punto... pero no.

- De verdad gra... -me interrumpio.

- Si no quiere que la lleve a su casa, solo permítame acompañarla afuera y verla subir a un taxi sana y salva - no podía negar que se estaba comportando como un caballero y yo por mi temor por ser un desconocido, estaba olvidando mi educación.

Sim embargo mi casa quedaba serca de donde estaba y no iba a ser necesario irme en un taxi.

- Esta bien, solo por que no quiero ser descortés-tome mi bolso, sacando mi billetera para pagar mi cuenta

- No hace falta ya está cubierta - y este que dijo- pero si no le parece correcto; recibiré lo que pague- se adelantó al ver mi cara de molestia.

Sin esperar más, tome un par de billetes que sabía y cubrirán mi cuenta, pero solo tomo uno de los dos que le extendía. Achique mis ojos en clara amenaza; eso lo hizo apretar sus labios y tomar el otro. Así esta mejor.

Salimos de la cafetería, y el tras de mi por si se me ocurria dar el azoton y quedar embarrada en el suelo.

Al ver que la mayoría me observaba de arriba abajo. Recordé mi vestimenta, que consistia en un short y mi blusa roja; hasta ahora me daba cuenta de ella y de que estaba sola, vestida así... ¡Dios!..tendré que hablar nuevamente con mi madre y preguntarle muy seriamente por milésima vez; si no me caí de chiquita y me golpie la cabeza. Pues con tantas estupideces que cometo, creo que mi teoria podria tener sentido.

Un poco incomoda y mareada, trate de poner un pie delante de el otro.  No sabía si era mi imaginacion o de verdad estaba pasando, pero me negaba girar y comprobarlo. Sentía la mirada penetrante de Yosep; en mi trasero.

Una vez fuera, me dirigi directo a la acera y antes de continúar mi camino di media vuelta para agradecerle a Yosep por acompañarme cuando un fuerte mareo por la brusmedad en que me movi me hizo casi caer y besar el piso, pero unos fuertes brazos me evitaron mi gran hazaña. Sus manos sostuvieron mi cintura y yo tuve que colocar mis manos en su dura pecho para no terminar abrazandolo o en otra posición más comprometedora.

- Lo lamento - me disculpé alejandome de el a toda prisa.

- No pasa nada, deverias tener mas cuidado- se ajustó su chaqueta en el último boton- de verdad podría llevarte sin ningún problema, mi camioneta es esa- señalo una muy elegante camioneta con lo que imagino es su guarda espalda. Negué y él solo suspiro resignado - está bien, pero - Metió la mano en su bolsillo interior de la chaqueta y sacó una tarjeta de presentación- por favor, si algun dia Illegas a necesitar algo, lo que sea que necesites; no dudes en llamarme - alargue mi mano para tomarla - tiene mi numero personal y el de mi oficina; asi podrás localizarme por alguna emergencia -no sabía cómo interpretar eso, así que asentí.

- Gracias lo tendre en cuenta - sonrei- será mejor que me marche de una vez- alargue mi mano para despedirme y el la estrecho.

El azul de su mirada se volvió más intenso; eso me hizo sentir extraño, no de la forma en la que Santiago lo hace, pero si de alguna que no me desagrado. Aleje mi mano con disimulo evitando su toque.

Que raro, Estaba segura que conocía ese rostro. Pero.. ¿de dónde?

- Hasta la próxima, Rocío - me aleje sin decir otra palabra, el solo sonrió con cortesía.

¿Qué fue eso?... no se que sucedio pero no debe volver a pasar.

Unidos por el destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora