Narra Rocío
Han pasado tres semanas desde que regresé del hospital. Santiago no deja de estar pendiente de nosotras y de lo que necesitamos, y la verdad que me sorpre lo atento que ha estado últimamente en estos dias.
Le di la opción desde un inicio de que yo durmiera en otra habitación pero aúnque al principio se negó por completo por miedo a qué si pasaba algo y el no pudiera ayudarme termino aceptando después de tanto batallar con el. Y pues es lo mejor para evitar más la tentación.
La verdad es qué lo he visto más apetecible últimamente, que en varias ocasiones tuve que reprenderme mentalmente ante tales pensamientos.
No se como voy a reaccionar cuando volvamos a estar tan serca; pues se que así como me lo encuentro tan comes... digo apetecible, terminaremos en algún lugar haciéndonos uno.
<<Por Dios que estoy pensando>>
Sin embargo la realidad me golpea fuerte al recordar sus palabras y saber qué solo está conmigo por el bebe, hace que mi corazón no deje de doler. Y nada me asegura que no sea cierto.
Gracias a Dios el bebé a estado avanzado bastante bien al igual que mi Gabriela. Que por cuestiones de mi...perdida tuve que cortarle sueño tetica; tarea que resultó un poco difícil los primeros días.
Algunas veces se me hace difícil no sentirme melancólica ante aquel angelito que no podre conocer. Me encuentro llorando cuando menos me doy cuenta y Santiago está fuera del departamento.
Si tan sólo hubiera hecho caso a todos los sintomas que tuve, y hubiera ido a la clínica desde el principio todo ésto no hubiera ocurrido y mi otro angelito estuviera con vida.
Se que no debo sentirme como me siento porque le hace mal al bebé pero hago lo mejor que puedo por los dos angeles que están conmigo y me necesitan fuerte.
Dina y los demás vienen a vernos siempre que pueden lo cual agradezco ya que evito quedarme completamente sola con Santiago. Y si, lo se, estoy en su departamento pero al final trato de evitar algunas cosas. Sobre todo cuando me mira con ganas de querer lanzarse sobre mi y eso a la verdad me pone nerviosa.
Aún no me séntía preparada para tener una amena conversación con Santiago referente a nosotros, a pesar de que lo ha intentado. Se que lo hace, pero prefiero que sea así a volver a escucharlo decir unas de sus estúpidas mentiras y me deje peor de lo que ya estoy.
Lo intento, juro que lo intento pero al recordar sus crueles palabras no podía evitar sentirme más decepcionada. Saber que todo este tiempo mientras yo me enamorada el solo jugaba. Ese sentimiento aún seguía doliendo.
*****
Salgo de la habitación con solo un camísón de ceda en color perla, que casi muestra todo lo que traigo bajo de él, o sea solo un triángulo que se hace llamar bragas.Está dichosa lencería fue otro de los muchos regalos de Dina diciendo que seria súper cómoda para domir por mi embrazo.
Llegó hasta la cocina, aquella elegante y amplia cocina que me encantaba. No enciendo las luces, para evitar que Santiago se despierte y me vea en estas condiciones.
Agarró un plato de postres y coloco un pedazo de pastel de chocolate. Ese que al parecer Santiago sabía que adoraba ya que siempre me traía uno con diferentes cremas del trabajo porque según el no duraba ni un día en la nevera y no quería que faltara porque quería complacer mis antojitos.
Para dar con los vasos , me inclino para abrir las puertas del mueble donde se encuentran.Mis ojos se ensanchan al notar tras de mi a alguien. Iba a decir algo cuando siento sobre mi piel esas manos que conozco perfectamente, y sobre todo el enorme bulto que está apuntando justo en mi trasero. Me quedo congelada en mi lugar, cierro mis ojos mientras el deseo comienza a crecer en mi.
<<Adiós fuerte de voluntad, bienvenido deseo>>
Mueve sus caderas en círculos tallándome por completo su excitación. Esa que comienza a ser la mía. Sus cálidas manos sujetan mi cintura casi con mis caderas haciando una deliciosa presión en ellas.
Muerdo mi labio al sentir sus manos descender y acariciar mis piernas, mientras las sube nuevamente, pero esta vez por debajo de la tela del camisón. Mi respiración comienza a ser agotada, más cuando un gruñido se escapa de su garganta al rozar ligero sus dedos sobre la tela de mis bragas, justo en mi entrada.
Sin dudarlo hace un lado mis bragas introduciendo unos de sus dedo en mi interior. No puedo evitar un gemido y el que mis piernas tiemblen al sentir su dedo deslizarse por mi hendidura y lo húmeda que me encuentro lo facilita muchísimo.
-¡Rayos! nena ,así como estas te ves preciosa, y me dan ganas de hacerte mía justo ahora -presiona más su miembro erecto en mi trasero.
Y el destino haciendo de las suyas nuevamente; pues lleva fugazmente a mi mente aquel día donde me dijo que me había echo suya de todas las formas posibles y que había sido un placer haberlo dejado estar entré mis piernas y yo recibiéndolo gustosa como una tonta.
Como puedo me vuelvo en sus brazos y con toda la fuerza de voluntad, lo empujó alejándolo de mi Su cara de asombro haciéndose evidente.
-Aléjate - dije tragando el nudo de emociónes que se había formado en mi garganta.
Su rostro molesto lo decía todo
-¡Rayos Rocío! Hasta cuando vas a seguir rechazandome.
Levantó mi mentón.
-¿Que te hace pensar que tienes el derecho a tocarme?
-Eres mi mujer caramba, como voy a resistir a tocarte cuando estás vestida así.
¿Su que?
-¿Tu mujer? No porque este embaraza de su hijo quiere decir que sea tu mujer - su rostro se tornó serio - o se te olvidaron tus palabras?
No dice nada. Sus azulada mirada puesta en mi.
- Conseguiste lo que querías.. al tenerme en tu cáma, que mas quieres de mi.-A ti- me dice con ...¿ternura?
-Más no te Puedo dar San y se perfectamente que nunca llegaste a sentir nada por mi.
-Amor yo..- Lo detuve con una mano para evitar que se acercara a mi.
-No Santiago... Ya fue suficiente.. Se que.. solo estás conmigo por el simple echo de que estoy embarazada. Porque de ser así yo no estaria en estos momentos aqui. Pero eso no te da el derecho a querer seguir usandome a tu antojó.
-Nena...eso no es así.. jamás jugaría contigo...
-¡Para de mentir Santiago!
-Perdoname... estába borracho nena, me deje llevar por la rabia y no medi las consecuencias.
-¿Sabes que es lo más irónico de todo esto?- lo mire- que un borracho siempre dice la verdad y tu dijiste exactamente lo que sentías.- dicho eso salgo apresuradamente de la cocina y sin darle tiempo a reaccionar cruzo la sala llegando hasta la habitación y seguidamente entrar el baño y cerrar la puerta tras de mi para colocarle seguro.
Dejándome caer en el suelo llore sin miramientos descargando todo lo que sentía en mi interior, irá, frutacion, dolor. Comprobando una vez más que el amor, no es como algunos los pintan, el amor, duele mucho, y más aún cuándo no eres correspondido.
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Unidos por el destino
RomanceTras haber dejado su país natal, Rocío llega a la cuidad de Brasil uyendo no sólo de su dañina relación si no en busca de algo mejor. Un empleo, un Nuevo comienzo y paz mental. Tres meses después de haber trabajado en varios locales con un pequeño...