Estas dos semana se me habían echó eternas. Sobre todo cuando había tenido que viajar fuera del país.
La mayoría de las veces tenía que viajar al restaurante de Río de Janeiro cuando de eventos se trataba.
El "Luna " era el otro restaurante que mi padre tenía en Río de Janeiro. El cuál soy el chet principal al Igual que en el "Sol" pero mi padre tuvo la brillante idea de dejar en la abministracion a mi hermanastro en el "Sol". Claro debo admitir, ha sabido hacer su trabajo.
En cuanto llegue al Restaurante El "Sol" fui a vestirme para llegar a la cocina a tiempo. Todos estos días hemos estado más tranquilos con los eventos. Y así aunque el restaurante se llene, sabemos manejarlo sin estresarnos tanto. El caos es cuando hay un evento y el restaurante este lleno.
Mis chicos han aprendido todos y cada unos de mis secretos en la cocina y, ya se las arreglan solos sin ningún problema. Pero a pesar de ello, siempre terminan pidiendo mi opinión antes de emplatar. Hemos agregado un par de platillos nuevos esta semana al igual que unos postres de los cuales estuve trabajando en sus ingredientes un par de semanas, y que están siendo la sensación del momento.
En estos momentos me encontraba en casa de mi madre preparando algunas platos para la cena. De vez en cuando quería comer cosas que nunca en la vida se me hubiera pasado por la mente. Lo que le causaba gracia a Henry.
Yo que nunca había sido amante de los dulces, sobre todo a el chocolate. Pero ahora quería comerlos a toda hora, acompañados de malvaviscos. Algo que en otras circunstancias ni loco hubiera comido.
-¡¿Pero que es eso?!- pregunta Henry haciendo una mueca de asco.
-Chocolate con malvaviscos- digo natural llevando una cuchara a la boca.
-Wou ¿Chocolate? ¿Mi hermanito comiendo chocolate?- suelta una sonora carcajada.
Lo mire con mala cara.
-Pareces una mujer embarazada con antojos.-dijo entre risa.
Fruncí el ceño, llevandome a la boca otra cuchara de chocolate con valvabiscos.
-No le encuentro gracia.
-San, hijo tus tías acabaron con. -entra mi madre en ese momento. Me mira con el ceño fruncido- ¿pero que estás comiendo?
-Chocolate con valvabiscos.- responde Henry.
-¿Chocolate? ¡¿Tu comiendo chocolate?!
-Porque tanto drama. Sólo es chocolate. Me provoco comerlo y listo. No se porque les parece extraño.
-Hijo nunca te ha gustado el chocolate. Y menos con esa combinación. Que no quiero ni pensar a que sabe.
-Delicioso- agregué. - ¿quieren aprobar?
-!No!- Dicen mi madre y Henry al unísono
De reojo vi que se lanzan miraditas cómplices. Mi madre conteniéndo las ganas de reír y Henry sin contenerse. Su risa llenando toda la cocina.
-Que les parece divertido.-frunco el ceño. Se estaban riendo a mi costa.
-Nada, querído serán cosas tuyas- dice mi madre alejándose al comedor con un mol con galletas. Henry continua jodiendo mi paciencia
-No será que... Estás en cinta hermano.
-Deja de joderme Henry - replicó sin parar de comer.
Me miró por unos instantes asomando una leve sonrisa en sus labios.
-¿Que?
-¿No lo has pensando enserio?
-¿Pensar que cosa? ¿de que hablas?
-Llevas un par de semanas con ese extraño comportamiento no crees?
-y...?
-¿No será que estás en cinta?- dice con un ceja levantada conteniendo las ganas de reir.
-Hemano, por si no lo has notado no tengo ovarios como pretendes que...-me detuve en seco al entender sus palabras- Imposible - dije.
-¿Porqué?
-Pero nosotros... nosotros- una vez más corte mis palabras al recordar que no use preservativo las veces que estuve con ella. Pero era imposible. Ella dijo que se cuidaba ¿verdad?
¿O no?
Deje el mol que tenía en las manos pasando con frustracion mis dedos por cabello. ¡Por Dios!
-Dicen que cuando la mujer está embarazada algunas de las veces el hombre siente los males. - continua mi hermano como todo un sabelotodo.
-¿Y tu cómo sabes?- pregunto sin dar crédito a los que escuchaba.
-Tengo dos niños hermanito. Y para alegría de Samanta los males los sentí. Y papá los de nuestra madre cuándo tú estabas en su vientre. Eso debe ser hereditario- dice orgulloso riendo.
Abrí los ojos como platos ante sus palabras.
No, no. Esto es un locura. Entonces ¿porque no me ha llamado para decirme? ¿Tanto así es su enfadó conmigo? Por Dios, esa mujer era tan terca.
Sacudo mi cabeza mentalmente. No puedo estar sacando conclusiones erróneas sin antes haberlo confirmando por mi cuénta. sería una locura.
No sé si este preparado para ser padre nuevamente. Y se que ella menos lo estaría. Sobre todo por el echó de que está la pequeña Gabriela que aún no cumplido el año. Podría ocacionarle problemas con su familia.
!Rayos!
Necesito buscarla y hablar con ella. Seguiré intentando aunque no responda mis llamadas. No me rendiré. Y si es así que está embarazada no me detendré para reconquistarla y pedirle que sea mi esposa como lo he venido planificando hasta ahora.
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Unidos por el destino
RomanceTras haber dejado su país natal, Rocío llega a la cuidad de Brasil uyendo no sólo de su dañina relación si no en busca de algo mejor. Un empleo, un Nuevo comienzo y paz mental. Tres meses después de haber trabajado en varios locales con un pequeño...