capítulo 76

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Santiago estaba extasiado mirando como el bebe se movía en mi interior, sus ojos brillaban a más no poder mientras le hablaba y tocaba mi panza.

-Hola, mi principe soy papá-besó- estoy esperandote con muchas ansias

Mis ojos se llenaron de lágrimas, Santiago era tan dulce cuando hablaba con él bebe y eso que no había nacido todavía.

-Espero nunca decepcionarlos. -dijo eso último mirándome.

Gabriela que en es momento estaba jugando sobre la cama con sus juguetes llega hasta nosotros. Yo la abrazo y le lleno su carita de besos.

Mi niña ya estaba con un año y 4 meses.  El tiempo pasaba tan rápido.

Santiago la toma en brazos y comienza a jugar con ella, miestras Gabriela no paraba de reir.

Santiago seguía repartiendo besos a Gabriela mientras yo sólo me dedicaba a observar la tierna imagen mientras acariciaba mi barriga, con mis ojos llorosos.

Era el quinto dia que pasábamos en la nueva casa, había pasado casi dos semanas desde que Santiago me la había mostrado e hizo que trasladaran nuestras cosas en menos de una semana, todas nuestras cosas. Digo todas porque eran muchas.

*****
Despierto por los rayos de sol en mi cara e intento moverme pero unos brazos y pies me tienen muy envuelta.

Me volteo y veo a mi hombre durmiendo como un bebé.

Me pongo a observar su cuerpo con los rayos de sol... Y es perfecto... No puedo creer que semejante hombre... Sea todo mío... ¡Que emoción!

Quito la sabana lentamente y observó su miembro erecto.

Al parecer alguién se levantó con mucha energía...

- Deja de observame como comida.- Escucho su ronca voz.

-Despertaste- Digo.

- Si y al parecer alguién no se cansa, no puedo creer que aún estés con animo.

- Si y con muchas ganas mi amor... -Digo relamiendome mis labio...

-Por Dios que le has echo a mi Rocío.

Solté una carcajada.

-¿Que te gustaría desayunar?- Pregunta.

-Una amburguesa com papas fritas y una gaseosa.

-Eso no parece tan nutritivo nena.

Nos quedamos un rato más así, abrazados en la cama. Hasta que tuve ganas de ir al baño y a regañadientes me solto, hice mis necesidades y luego de terminar, me cepilló mis dientes y lavó mi rostro. Sonrió atraves del espejo y digo:

-Estoy con muchas ganas de comerme esa hamburguesa amor.

Santiago Negué riendo.

-No, mi amor, ahora comerás frutas. Algo ligero- contesto- si quieres, luego podrás comer tu hamburguesa pero por ahora será fruta.

-Bueno-hize un mohin.

****

Agosto había llegado y con ello los nervios que tenía al saber que sólo quedaban tres semanas y media para conocer a mi hermoso príncipe.

Estaba todo listo, entre Santiago y yo terminamos de decorar la habitación, sin embargo, los primeros tres meses dormiría en la nuestra. Había un closet lleno de pañales, toallas húmedas y demás, recuerdo cuando lo fuimos a comprar; lloré casi todo el día de la felicidad que sentía.

Compramos dos tamaños diferentes de pañales por Gabriela y el bebé.

Santiago decía que esperaba a que se pareciera a mi, mi tono de piel y mi cabello rizado, yo decía lo contrario; quería que se parecieran a él y sobre todo que tuvieran sus ojos.

Unidos por el destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora