Capítulo 65

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Narra Rocío

- Necesito saborearte Nena, te extraño demasiado y no podré soltarte hasta que eso pase. sere cuidadoso pero ya no soporto más; te necesito.

Solté un pequeño gemido de placer al escucharlo pronunciar esas palabras. Así que lo atraígo hasta a mí y lo beso. Anciaba tando hacerlo. Poco después el se separa de mí y pasa uno de sus dedos por mis labios, hasta introducirlo en mi boca.

Dejé libre su dedo, tal y como él tenía la intención de que fuera al llevarlo a mí boca. Su dedo quedó lubricado con mi saliva y listo para usarlo como a él le plazca.

Asintió, satisfecho con mi labor, y lo llevó hasta mi entrepierna, abriendo espacio entre mis pliegues; Justo en mi capuchon para frotar con delicadeza la yema de su dedo en el.

Mis ojos se cerraron, y arqueo mi cuerpo con evidente placer al sentir esa caricia.

-Calmemos esas hormonas tuyas cariño, pero por favor, no me hagas perder el control, por que tengo miedo a lastimarte y mi hijo sufra las consecuencias -su voz se escuchó temerosa, como si tuviese miedo. De Pronto intentó alejarse pero se lo impedi.

Apoyo una de sus rodillas entre mis pies y sus brazos en mis costados, para poder inclinarse lo suficiente hasta tener su rostro en mi entrepierna, aspiró pasando la punta de su nariz, a milímetro de mis labios.

-No tienes idea de lo mucho que te he extrañado mi amor.

Sin esperar más, su lengua se entreabrió paso para llegar hasta mi clítoris y lamerlo. Eso me hizo estremecer desde mis dedos de los pies, hasta la punta de mi pelo.

Cerré mis ojos para saborear mas de el placer. Volvió a pasar una vez más su lengua solo por mi capuchón para después entrecerrar sus labios en él, para comenzar a succionar ayudando a sacarlo por completo de su escondite.

De mí boca solo salían gemidos que trataba de controlar.

Sin previo aviso y sin esperar ese movimiento que me tomó por sorpresa, uno de sus dedos comenzó a abrirse paso entre mis paredes; haciendo que las contrajera apretando su dedo y sacando un gruñido de su garganta.

Sin dejar de torturarme, siguió introduciendo su dedo más profundo logrando que mis caderas se balancearan en su búsqueda. Esa fricción era placer total, hasta que otro de sus dedos se unió al juego.

-¡San!-grité en un fuerte gemido perdida en el placer.

Levanté un poco mi rostro para observarlo y él levantó la vista encontrándose con la mia.

Verlo en esa posición dándome placer, me llevaba corriendo al límite , flexiono un poco sus dedos hacia arriba; comenzó a embestir con sus dedos, de una forma tan deliciosa, Firme, fuerte, con rapidez pero sin llegar a lastimarme, solo era placer.

Sus dedos se inclinaban, en busca de ese delicioso punto. El cual no demoró en encontrar. Esa deliciosa sensación  comenzó a recorrer mi cuerpo erizando toda mi piel a su paso y acumulándose

-Vanos nena no te contengas- solo con esas palabras y sin detener sus movimientos, bastó para enviarme hasta la punta de la torre Eiffel y lanzarme de picada haciendo estremecer mi cuerpo y apretando tan fuerte sus dedos por la potencia de mi orgasmo.

-¡Oh San! -salió de mis labios en un susurro.

Sentí como mis fluidos salían deslizándose por sus dedos y evitando bajarme del placer. Mis gemidos callados, nuestras fuertes respiraciones, el movimiento de sus dedos y uno que otro gruñido que salía de su garganta; era solo lo que se escuchaba haciendo eco en la habitación.

Unidos por el destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora