Capitulo 11

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Rocío

Llegamos hasta el ascensor y subimos a lo que parecía ser el último pisó.

Cuando Santiago prendió las luces me quede paralizada, su apartamento era de colores claros y lleno de cosas modernas. En la sala de estar había unos sillones negros de cuero con almohadones en negro y blanco y una mesita de café en el centro. También había sobre la pared un enorme televisor pantalla plana.

La cocina, una hermosa y grande cocina tenia una barra de mármol. Solo mire las cosas importantes, pero todo tipo de detalles hay por todos lados.

-Bienvenidas a mi pequeño hogar.- dice Santiago al notar que miraba todo con atención

-Es hermoso.

-Ven, te mostrare la habitación.

Caminamos hacia su habitación y me quede sin aire, una gran cama se encuentra en el medio con un hermoso acolchado, hay dos mesitas a cada lado y lo más raro fue ver sobre otro costado una pequeña biblioteca repleta de libros, al lado hay un pequeño sillón rojo.

Claro si mencionar que había un enorme clóset. Y al otro lado otro mueble pero mas pequeño, donde estaban todos los zapatos de diversos colores.

-¿Vives solo?- pregunte de pronto

El arruga el entrecejo..y sonríe.

-Porque , te gustaría pasar la noche conmigo?

Ruedo los ojos.

No digo nada.

-Bueno esta preciosidad tiene un poco de sueño- dice el caminado hasta la cama.

Con Gabriela en brazos se acerca pára acostarla com cuidado. Gabriela se remueve un poco y se da la vuelta quedando de boca para arriba estirándo sus brazitos. Santiago la envuelve con una manta. Y le coloca algunas almuadas por los lados.

Sonrió ante ese tierno acto.

-Te prepararé algo de comer.

-Gracias, pero no tengo hambre.

Me mira atento.

-Cuándo estés más calmada te darán

Sonrie dejando entrever sus hermosos oyuelos. No se porque pero adoraba verlo sonreír. Y otra cosa que había notado era que adoraba tenerlo serca. Sentir su sercania, su ánimo, su naturalidad.

¿¡Rocio para el carro nena!? Me reprendo a mi misma.

-Si quieres pueden dormir aquí.

Lo miró entrecerrando los ojos

-Prometo no incomodarte- dice levantando una mano a modo de promesa mientras la otra la colocaba en su pecho.

-Pueden dormir en mi habitación. Me quedaré en la de invitados. Además me estás debiendo una cita quedarte sería el...

-Nunca te dije que si saldría contigo

-Tampoco dijiste que no. Y si hubiera llegado un poco más tarde no te hubiera encontrado.

-Podria ser pero..

Ponte cómoda- me interrumpe- Estas en tu casa.-Dice el dando media vuelta para volver a la cocina. Sin saber que más hacer ya que Gabriela estaba dormída mire un poco más la habitación detalladamente. Me aserque a la biblioteca y ver qué había de interesante para leer. La mayoría eran libros de repostería y cocina culinaria. Tome un libró de repostería y me senté en el cómodo sillón para echarle un vistazo

Habían tantas cosas maravillosas en ese libro. Y cada vez que pasaba de página más me emocionaba la idea de poder preparar unas de esas deliciosas recetas.

Después de un par de minutos podría decir, me levanté del sillón y me aserque nuevamente a la libreria. Miestras seguia ojeando los títulos de los libros. Me detuve en un pequeño álbum de fotos. Con curiosidad lo tomo en manos pero antes de sacarlo del estante levantó la mirada y veo una fotografía de un bebé, parecía de 7 a 8 mêses. Era tan hermosa. Se parecía mucho a Santiago con sus mismos rasgos. Tenía sus mismo color de cabello y ojos.

¿Estará Casado? ¿Quien era esa bebé? Seria ingenua pensar que era su hermanita. Aunque hubiera posibilidades sería imposible que sea su hermana. No me mencionó nada aquel día de la fiesta.

Con ganas de saciar mi curiosidad por completo, tomo el álbum em manos. Y justo cuando estába por habrirlo escucho detrás de mí:

-Rocio, la cena está lista.

(En multimedia el departamento de Santiago)



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