Me encontraba, en mi oficina detallando algunas cosas con Henry, Alex, y Yosep. Mi hermano Raul no había podio asistir. Llevábamos un par de horas en esto y ya comenzaba a desesperarme; en un rato más iba a ver a Rocío a su casa para poner en marcha mi plan de reconquistarla y aún faltaba algunas cosas que detallar sobre algunas remodelaciones del restaurante.
Laura, la secretaria de Alex, entra acercándose a mi, con discreción.
- ¿Podrías salir un momento? - frunci el entrecejo por la curiosidad.
- Por Supuesto- me puse de pie - ahora regreso - Alex me miró con curiosidad.
Sali tras de Laura, y nada más el salir de la oficina, ya sabia que sucedia. Apreté mi mandíbula al ver a Anna frente a mi.
- ¿Que haces aquí? - algo me decía que no traía buenas intenciones.
- Hola para ti también cielo - ironizó por la forma en que la recibí- ¿No puedo saludar a el padre de mi hija? - se acercó con la intención de saludarme, pero me aleje.
- ¿Qué quieres?, habla de una buena vez o vete- sentencie.
- ¿Podemos pasar a tu oficina? - no se que rayos pretende pero no seguiré su juego.
-Anna habla o marchate- comenzaba a perder la paciencia y Laura , me suplicaba con la mirada, me tranquilizara.
- Esta bien, te traía una información, pero si no te interesa; me voy- se giro para marcharse.
- No creo que alguna información tuya; me interese a no ser que sea de mi hija. - asegure y al parecer eso es lo que espera ella que digera. Regreso hacia mi para verme con una sonrisa en su rostro.
- ¿Estás seguro?-me reto- ¿Ni siquiera de tu querida venezolanita? - mi cuerpo se tenso al escucharla hablar de ella, se lo advertí; no tenía derecho ni a nombrarla - no te quitare mucho tiempo, esta en ti si decides creer o no- quería, mandarla a la mierda pero la curiosidad comenzaba a poder conmigo.
- Cinco minutos- avance a la oficina de Paul con ella tras mío- habla- le ordene nada más entrar.
- ¿Donde esta el Santiago caballeroso? - se burló.
- No jodas Anna- mis gritos la exaltaron.
- Esta bien - saco un sobre de su bolso- Conste que te doy esto solo para que te des cuenta que tenía razón con ella -apreté mis puños.
Al ver que, no le seguía el juego; se decidió por entregarme el sobre. Avance hasta el escritorio, lo abrí para sacar su contenido. Unas fotos salieron y al verlas, sentí como mi pecho detenía su ritmo.
En las imágenes aparecía Rocío con Yosep , fuera de una cafetería ninguna era comprometedora, pero el verlos junto me hacía arder de rabia.
¡Rayos!... Me paralice ante la imagen de la última foto; Yosep la sujetaba por la cintura y ella se sostenia de su pecho, quedando a centímetros de distancia.
- ¿De donde sacaste estas fotos? avance hasta ella y la sujete de su brazo, sacudiendo mi agarre- habla de una vez.
- Eso no importa, vez que yo tenía razón- se soltó de mi- es una zorra que solo busca dinero. Con su carita de mosca muerta- me enfrento - y tu haciendo el ridículo con ella creyéndole todo su papel de inocente.
Observe las fotos una vez más; No lo podía creer, me negaba a creer. Rocío no podía ser capaz de algo así; ella no. Quería gritar; tenerla en frente y exigirle explicaciones; que me dijera que era mentira, necesitaba escuchar eso de sus labios.
Abrí la puerta saliendo de la oficina; dolido, furioso, decepcionado. Anna venia atras mio llamándome a gritos, Laura corrió hacia mi; pero el verme en ese estado solo negó haciéndose un lado.
Entre de golpe en la sala de juntas; y el ver a yosep; todo en mi se derrumbo. Alex se dio cuenta que algo no andaba bien, y cuando quiso reaccionar, ya era demasiado tarde.
Un grito salió de los labios de Laura cuando me lance sobre mi primo; dando un golpe en su rostro con toda la fuerza que hay en mi puño. Lo tome por sorpresa, pero en cuanto reaccionó al tocarse el labio, que comenzaba a sangrar, me quito de encima golpeando mi rostro. Se puso de pie y yo me posicione frente a él; mi cara era ira pura, la de él era molestia pero a la vez desconcierto. La última y única vez que habiamos peleado hasta los golpes había sido Francia, una de mis vacaciones; ambos fuimos a parar al hospital, logrando que nuestro abuelo por primera vez se molestara tanto con nosotros que no dudo en castigarnos.
Lo tenía frente a mi por nuestra misma estatura, lo sujete de su chaqueta dando otro golpe, esta vez en su pómulo. Se abalanzó sobre mí, cayendo los dos en el suelo y golpeando un par de veces mi cara... ¡Ratos esto si que dolía!
-¡Santiago... rayos Santiago que sucede - Alex gritaba desesperado.
Escuchaba como Laura corría a Anna y la culpaba de todo.
Con ayuda de mis pies, lo quite de encima mio dando con mi rodilla un golpe en su estómago. Unos pasos se escucharon y en un par de segundos, Alex y otros dos de seguridad, nos tenían sujetos de los brazos evitando que nos siguieramos golpeando.
Hasta que deje de forcejear, me di cuenta de la estupidez que había cometido y todo por una mujer que no vale la pena.
- ¿Que mierda te pasa? -Yosep estaba sin entender nada pero su rostro de desilusión por lo que habíamos hecho, se reflejaba en su cara.
- ¿Que me pasa? - mi voz era tan gruesa por la furia- de todas las mujeres en este mundo como te pudiste meter con mi mujer.- hable con mi mandíbula tensa.
- ¿De que hablas? ¿Que mujer?
- ¿Que te sucedió? - Álex me reprendió pero su cara de angustia lo delataba.
Bajó la mirada y miro las fotos que traía en mis manos, regadas en el piso. Tomo una, y negando me miro a los ojos.
-¿No me digas que crees en ésta ridiculez? - se puso de pie - Esto no muestra nada Santiago- me aventó la foto-dime ¿Donde la está besando? ¿Donde se encuentran en la cáma?- me enfrento - dimelo por que yo no lo veo... lo único que veo es que alguien cumplió con su cometido - me solté de mala gana.
- ¿Que harias si fuera Giselle la de la imagen? - tenso su cuerpo- por que te conozco y no hubieras reaccionado mejor que yo- miro a mi primo- ¿Desde cuando, me ven la cara?... ¿Desde cuando esa... mujer se revuelca contigo?
-No se de que carajos hablas - levante unas fotos y se las abente.
Las observo, un par de minutos para después negar..
-¡No sabía que era mujer!
-Entonces ¡¿Me estás confirmando?!
- No sabes lo que vas a perder San ; no puedes estar más equivocado - negó enfadado- deberias confiar en ella imbécil.
-¿Confiar en ella? - rei con burla -Puedes estar tranquilo; solo voy a arreglar unas cosas con ella y la tendrás para ti solo - limpie de mala gana mi rostro y levanté un par de fotografias. Salí a toda prisa.
- Aun estas atiempo San. No hagas una estupidez- sonreí burlón.
-No te preocupes, mujeres como ella; las encuentro en cualquier esquina - me adentre al ascensor y presione repetidas veces para cerrarlo.
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Unidos por el destino
RomansaTras haber dejado su país natal, Rocío llega a la cuidad de Brasil uyendo no sólo de su dañina relación si no en busca de algo mejor. Un empleo, un Nuevo comienzo y paz mental. Tres meses después de haber trabajado en varios locales con un pequeño...