Le pedí a Álex que nos llevará a casa antes de que Santiago despertará después de asegurarme que todo estuviera en orden
Le di las gracias y camine hasta mi casa sintiendo unas terribles ganas de llorar al recordar sus crueles palabras.
Entre y cerré la puerta tras de mí. Camino hasta la habitación de Lucía y dejó a mi hija en la cama que estaba acabando de quedarse dormida. Miro la hora, eran las 12:40 de la noche. Imagine que lucia se había quedado con su amiga por la hora ,lo que fue un alivio ya que estaría sola con Gabriela en estos momentos. Me senté en el piso pegando mi espalda de la cama y dejando salir todas las lágrimas contenidas.
Me quede así, por lo que creo fueron horas; hasta que que el llanto de Gabriela me volvió a la realidad. Una dolorosa realidad.
Me senté en la cama para abrazarla. Me prometí ser fuerte por ella. Que nunca me viera llorar pero justo en ese momento. Los sentimientos y el dolor estában comenzando a poder conmigo.
Unas nauseas enormes a consecuencia de los nervios; del coraje y de esta angustia en mi pecho, me hicieron atravesar la cocina hasta llegar al baño, y en donde descargue todo y lo poco que había cenado la noche anterior y lo que había ingerido esta mañana.
Me dejé caer en el baño. Esa sensación de ser usada y humillada como mujer, comenzó a acechar, sintiéndome tan poca cosa; como para merecer que alguien confié en mi; y me ponga sobre las tantas personas que se acercan intentando hacerme daño.
Escuche mi teléfono sonar y el llanto de mi hija; . Molesta conmigo misma me puse de pie y de mala gana limpie mis lagrimas; avance hasta la habitación.
Gabriela al verme entrar se calma. Le dejé un beso en su frente y me aleje para quitar cada una de mis prendas y mis sandalias; quedando completamente desnuda... El pudo haberme usado todo este tiempo, lastimarme y derrumbarme unas horas. Pero no le voy a dar el gusto de que lo haga por siempre. No le demostraría lo que me había dejado hecha.
Amarre mi pelo y me adentre a la ducha; tratando de quitar de mi mente aquellas crueles palabras. Mi teléfono seguía sonando una y otra vez, mientras yo no salía del agua.
Tenía que meditar bien todo; no podía actuar de manera impulsiva de la cual después terminaría por arrepentirme.
Me gustaba mi trabajo. Aquí tenía mi vida, tenía mi iglesia. Y parte de mi familia. como para ahora meterme en una cama a llorar por algo que no tiene solución y que mucho menos podía regresar el tiempo para no cometer nuevamente la estupidez de fijarme en un idiota como lo es Santiago.
Sali envuelta en una toalla, directo a colocarme ropa. Pero para mi mala suerte, una pisada en falso me hizo caer de bruces en la seramica del baño. Todo el peso llevándoselo mi trasero. Sintiendo el incipiente dolor en mis caderas seguidamente a mi vientre.
Un dolor orrible me atravesó mi espina dorsal cuándo intenté incorporarme; me debatía en no llorar por el dolor. Como pude me puse en pié y camine hasta la habitación.
Me senté en la cama aún con la toalla enrollada en mi cuerpo a esperar el dolor pasar un poco. Unos cuantos minutos después, me coloque ropa cómoda y decidi hacerme un té para el dolor. Esos cólicos me estában comenzando a inquietar.
Eran casi las u a de la madrugada y pequeñas gotas de sangre comenzaron a manchar mi ropa interior. Después de Cambiarme y colocarme absorvente, avance hasta la puerta, recogí las fotos que seguían allí (sin volver a verlas) y las lleve directo a la basura.
*******
A la mañana siguiente....Justo como temía. Los dolores no sesaron y después de lo pésimo que había comenzado el dia no me sentía bien para ir a trabajar y mucho menos a estas horas y después de semejante caída de ayer y el dolor de hoy.
Se que me ganaré el regaño del siglo por parte de mi jefe y probablemente un merecido despido por avisar tarde que no ire pero no me sentía bien para dar excusas tontas.
Pasados de las 3 pm Me metí en la cama al lado de Gabriela que empezaba a removerse inquieta en ella. La abrace pegandola a mi pecho obligandome a no derramar ni una lágrima más lo cual me era un poco difícil. Ya que el nudo en mi garganta y el dolor en mi corazón y caderas no hacían buena combinación.
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Habían pasado dos semanas; dos largas y dolorosos Semanas. Pues como ya sabía, me había quedado sin trabajo. Pués ya tenía muchas faltas en el. Unos más que todos eran por las veces que salí corriendo a ver a Gabriela. Pero la que detono la ira de mi jefe fue cuandole avise tarde que no iba a poder ir por porblemas de salud algo que a la verdad no era mentira.Mi feje, la noche después de el enfrentamiento con Santiago me llamo molesto que no era necesario ir el día siguiente. Y que los últimos días trabajados estaría en mi cuenta sin falta.
No sabía nada de Santiago, las veces que Dina me ha visitado y hablado no lo menciona, al igual que Mónica, Giselle, Alex y Nicole que fue lo que mas me sorprendio. Esta última nunca me había tratado de una manera amable hasta este momento que también me visito. Mónica gritaba y me aseguro que ese nieto suyo ya había tenido una buena dosis de ella. Y eso me dio a entender que tenian una idea de lo que había sucedido entre Santiago y yo. Sobre todo Alex que desde ese día lo veía con su semblante serio y pensativo. La verdad que no se sabia pasado entre ese par el día siguiente entre ellos pero prefiero no saberlo
Se marcharon casi a las 8 de la noche, y sin dudarlo en cuanto me quede sola; corrí a ducharme pues ya lo necesitaba. Al salir de la ducha, me coloque ropa de dormír y me observe en el espejo; si estaba mas delgada pero mis caderas se notaban más anchas.
En fin sin prestar más atención a ese detalle me puse a hacer la cena. Para después acostarme a dormir. Sentía cómo si hubise corrido un maratón.
Me deje caer en la cama para luego dejarme caer en los brazos de Morfeo.
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Unidos por el destino
RomansaTras haber dejado su país natal, Rocío llega a la cuidad de Brasil uyendo no sólo de su dañina relación si no en busca de algo mejor. Un empleo, un Nuevo comienzo y paz mental. Tres meses después de haber trabajado en varios locales con un pequeño...