Narra Rocío
Pasaron dos semanas desde aquella noche y me frustraba admitir que durante esos dias no había conseguido olvidar ni amortiguar mis emociones al respecto.
El año Nuevo fue increíble. Después de marcar las 12 con mi familia y desearnos años nuevo y buenos deseos y bendiciones, Santiago paso por nosotras para irnos a casa de su madre.
Una vez más adore estar con la familia de Santiago. Eran tan amables con nosotras. Y Santiago tan atento.
-Ahhh, el aroma me recuerda a mi casa en la infancia- dijo Santiago cuando el perfume de las especias inundaba el ambiente. Un filete se cocía en el sartén- A cuando regresaba de jugar en la plaza y mamá ya tenía lista la cena. A eso siempre olía mi casa, a especias picantes y clavó de olor
-Mi casa siempre olía a especias y canela. Mi madre es fanática de la cocina, sobre todo de la repostería. Al igual que yo.
-¿Te gusta la repostería?
-Adoro la repostería.
-Porque no trabajas con ella.
-Quería... Esa era mi meta desde el principio.
Al llegar a este país Pero... desde que nació Gabriela me empezé a enfocar en otras cosas. Y buscar cualquier empleo. Dejar los sueños a un lado para ocuparme únicamente en ella.-Porque no lo vuelves a intentar.
-Lo hice. Y no sabes cuántas veces. Pero casi nunca llegaba a dos semanas en un empleó. Siempre me despedían antes de la tercera semanas. Así que deje de intentarlo
-Entiendo. Débio de ser duro.
-Lo fue. Y aún lo es. ¿Sabes? Aún así Nunca nos faltó la bendición de Dios.
-Me alegra saber eso.
-Aún recuerdo como llegue a la iglesia aquella tarde...estaba tan cansada. Mis pies inchados no daban para mas...- digo sin pensarlo. levantó la mirada y santiago me miraba espectante.
Resopló sin saber por dónde comenzar.
Suena mi teléfono Justo cuando habría la boca para hablar. Miro el número de la pantalla y sentí al instante un sabor amargo en la boca . No tenía el número registrado pero tuve una idea de quién podría ser.
-¿Qué?- pregunto de mala gana. Alejándome un poco de Santiago después de haberme disculpado para atender
-¿Como estás?
-¿De donde sacaste mi número?.- pregunto ignorando su pregunta.
-Lo tenía en mi correo.
-Humm. ¿Y que quieres?
-¿Saber cómo estás?
-No es de tu incumbencia. Y no se para que llamas.
-No te crees tan importante.
-Mejor que cualquier otra persona no. Pero si mas humana que tú. Y de no serlo no estarias llamando
Lo escuché reír. Sabia desde el principio que llamaría. Y que al hacerlo no sería con buenas intenciones. Y hay estaba él. Actuando como si no hubiera sucedido nada en el pasado. Y queriendo venir a tomar mi paz mental.
-¿Que te hace pensar que tienes derecho a llamarme después de tanto tiempo?
-También es mi hija
-¡Ja! ¿Ahora es tu hija?
-¡Contigo no se puede hablar!
-¡Entonces no llames y listo!
-Como esta mi hija.
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Unidos por el destino
RomanceTras haber dejado su país natal, Rocío llega a la cuidad de Brasil uyendo no sólo de su dañina relación si no en busca de algo mejor. Un empleo, un Nuevo comienzo y paz mental. Tres meses después de haber trabajado en varios locales con un pequeño...