Días después
Estábamos a finales de Julio y ya nos tocaba consulta con la ginecóloga, estaba nerviosa porque vería a mi bebé por tercera vez y también porque quería saber si había algún problema con el esperando que la respuesta fuera negativa.
Cuando Santiago se detuvo en el estacionamiento ocupando un puesto, se bajó para ayudarme a bajar a mí como siempre lo hace, detalles pequeños que hacen enamorarse cada día de el.
Nos registramos en recepción y la chica que estaba ahí nos dice que la doctora ya nos estaba esperando. Lo sabía, siempre llegábamos a la hora exacta para no esperar mucho.
Tocamos la puerta y nos dieron permiso de entrar. La doctora nos saludó con una sonrisa e indicó que sentáramos.
-Buenos días, ¿como están los papás del príncipe?- la doctora nos saludó sonriente.
-Bien, doc, estamos muy emocionados por verlo de nuevo. -respondí.
La doctora hizo el mismo protocolo de cada consulta y me pidió acostarme en la camilla. Aplicó el gel frío en mi vientre y empezó a mover el aparato, de repente el latido del corazon de mi pequeño empezo a sonar. Senti la mano de Santiago apretando la mía tras dejar un beso en ella.
-Oh, lo veo completamente formado-. informó.
Midió cada partecita de el diciendo que todo estaba perfecto, que de igual manera tenía que cuidarme ya que podía nacer en cualquier momento incluí aunque faltara un par de semanas
Al terminar, Santiago me limpió el vientre y me ayudó a levantarme de la camilla. Me acomodé la ropa y esperamos a que la doctora nos diera los ultrasonidos. Al hacerlo, nos explicó que ya estamos finalizando el octavo mes de embarazo, que estamos fuera de peligro, sin embargo de igual manera tenía que cuidarme hasta que nazca.
Ya en el auto, observé que no íbamos en la ruta habitual de ida a casa, si no, otra mas lujosa; cada tienda, hogar, edificio eran extremadamente elegante. Miré a Santiago y lo vi sonreír, sabía que algo tramaba porque tenía un par de días muy sospechoso.
-¿Que has echó?
-Cumplirle un sueño a mi preciosa mujer.
-Amor tenemos que ir por Gabriela.
-Lo sé nena, Mi madre está con ella. Sera rápido
-Bien... y que tipo de sueño es ese
-Lo sabras cuando lleguemos.
Me desconecté de exterior cuando vi que Santiago se metió en una urbanización, era un lugar de casas un poco grandes y hermosas. Parecía salido de una película con hermosos y elaborados jardínes fuera de cada casa.
-¿Que haremos aquí?
-Bajemos y lo descubrirás.
Le hice caso, pero todavía confusa. Nos bajamos del auto y sin entender absolutamente nada agarro su mano y nos dirigimos a unas de la casas qué estaba pintada de un color blanco con lila muy claro. Y un jardín oh Dios mío... Lleno de tulipanes en un lado y Rosas rojas y blancas del otro extremo con otros tipos de flores más.
-Te presento nuestra casa
-Dijiste... Nuestra casa?- pregunte atónita.
-si, Nena- respondió- Necesitamos mudarnos de casa, los niños necesitaran un espacio mucho más grande.
-Pero si tu departamento está bien amor.
Suspiró profundamente, para luego envolverme con sus brazos alrededor de mi.
ESTÁS LEYENDO
Unidos por el destino
RomanceTras haber dejado su país natal, Rocío llega a la cuidad de Brasil uyendo no sólo de su dañina relación si no en busca de algo mejor. Un empleo, un Nuevo comienzo y paz mental. Tres meses después de haber trabajado en varios locales con un pequeño...