Capítulo 64

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Salgo de el restaurante, y voy directo a una florería. Después me dirijo al departamento. Estaba ancioso por ver a Rocío. Antes de llegar llamo a mi hija para saber de ella. Y ver si estaba necesitando alguna cosa. Ya que aún faltaba dos días para el fin de semana. Cuyos días pasará con nosotros en el departamento.

Recuerdo cuando le dije a Rocío sobre si podía llevar a Tania con nosotros el fin de semana. Me importaba mucho su opinión. No quería hacerla sentir mal haciéndola recordar lo vivído en punta negra pero también tenía una hija y aunque ame a Rocío no puedo ignorar el echo de que mi Tania necesitaba pasar tiempo conmigo. Con su padre.

La respuesta de mi morena me sorprendió mucho...

Flash black

-Nena yo... Queria saber si puedo traer a Tania pasar el fin de semana con nosotros

Me mira por un momento. Unos breves instante que me hicieron sudar frío.

-¿Porqué me lo preguntas como si tuviera
que darte permiso?- frunce el ceño.

-Porque a pesar de como se dieron las cosas, y como se conocieron no quiero incomodarte a ti ni menos a Tania.

-San.. no tienes que preguntarme eso. Es tu hija. Y claro que puedes traerla. Ella no tiene la culpa de las estupideces que haga su padre. Además. Es tu departamento.

-También es tuyo nena.- Digo asercandome a ella para abrazarla. Pero increíblemente no se aparta.

-No, no lo es y no discutamos eso. Y volviendo al tema anterior cuando vendrá Tania?

-El viernes en la tarde.

-Está Bien.

- Si gustas podemos ir todos juntos a la iglesia el sábado.

-Seria perfecto

Fin de el Flash black

Entro en el departamento con cuidado para no hacer ruido por sí Gabriela dormía. Y me dirijo directo a la cocina que últimamente es el lugar favorito Rocío el cual a comenzando a pasar más tiempo. Y si, no me equivoqué al verla allí con un pezado de pastel en la mano y a Gabriela sentada en su silla para bebes con una banana en su manito.

-Veo que le estás contagiando esas gana de comer a Gabriela -digo sonriendo. Ella me mira y luego a Gabriela que seguía en su labor de degustar su banana.

-Estamos en sintonía. - sonríe. Y yo me acerco a Gabriela para dejar un beso en su frente y luego a ella para hacer lo mismo.

Me mira con el ceño fruncido, ya que se estará preguntando porque tan temprano en casa. y antes de que pueda preguntar, coloco delante de ella el hermoso ramo de tulipanes que había escondido detrás de mi espalda para que al entrar no lo viera.

La sonrisa que me dedico hizo saltar  mi corazón de alegría.

-Son hermosas- Dice ella sin dejar de apreciar los tulipanes que le extendía..- Gracias.

-Es un placer, con tan solo verte sonreír de esa forma. - me acerco a ella y sin poder evitarlo enrolló mis brazos en sus voluntuosad caderas y la apegó un poco a mi. Nos miramos por unos breves segundos, para después chocar mis lábios con los de ella. Sus suaves labios me recibían gustosa. Y se sentía jodidamente bien.

Me separado un poco para mirarla directamente a los ojos, adora a mirarla. Rocío tenía una mirada que me descolocabs por completo, sobre todo al ver sus pupilas dilatadas por la excitación. Hubiera sido fácil hacerla mía en ese preciso momento, pero aún no era el momento y menos era el lugar correcto  con muestra hija sentada a poca distancia de nosotros mirándonos con ojitos curiosos.

Unidos por el destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora