Capítulo 40

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Me sentí derrotada al verlo marcharse asi, sin importarle mis palabras.

Suspire con pesadez.

¿Tan molesto estaba conmigo?

¿Pero porque?

Camine hasta la salida y al abrir la puerta, me encontré con él sentado en uno de los escalones del local.

-Estas aqui...

Susurre, para luego inmediatamente sentarme junto a el.

-¿Qué suce? ¿Por qué estas tan molesto conmigo?

Santiago no me miraba, parecía entretenido masajeando su puño golpeado.

-No quiero hablar ahora.

Respondió casi murmurando.

-Bien.

Me coloqué de pie y enseguida senti un sonido extraño proveniente de mi.

-Ah cierto, aquí estan tus llaves.

Saqué las llaves de su auto de dentro de mis pechos y extendí mi mano izquierda para entregarselas pero justo en el instante en que nuestras manos hicieron contacto, Santiago me atrajó hasta su cuerpo, haciendo que cayera casi encima suyo.

-Me moleste tanto verte cerca de ese sujeto.

Aseveró mirándome fijamente.

-Pero no puedo estar molesto contigo amor.

Mi novio finalmente se aferró a mi cuerpo y me rodeo con sus fornidos brazos, obviamente yo le correspondi.

-¿Como sabías quién era?- pregunte luego de un par de minutos de deshacer nuestro efusivo abrazo.

-Escuche el nombre por el cual lo llamaste.

-Pero pudo haber sido otra persona con el mismo nombre.

-No creo. Con lo alterada que estabas y el parecido de Gabriela con ese tipo no podía haber equivocación algúna.

Supire. Tenía lógica sus palabras.

- ¿Nos vamos?

-Claro.

*********
Días después...

Fuimos a casa de la madre de Santiago y mientras los niños jugaban en la piscina, aprovechando la poca luz de sol que quedaba, Santiago, Gabriela y yo nos quedamos en una tunbona disfrutando de la compañía del otro.

Me sentía culpable en mi interior de no hablarle a Santiago sobre aquella noche que estuvimos juntos.

Había evitado el tema constantemente, a pesar de que el había intentado hablarlo. Pero la verdad sabía qué aunque no quiera aceptarlo habían grandes probabilidades. Pero quise evitar pensar en eso para no ponerme loca ante esos pensamientos.

-Santiago sobre nuestra primera vez...- intentó decir pero Santiago me silenció poniéndo sus dedos sobre mis labios.

-Me gustaría dejarlo en que fue el destino- dijo con una hermosa sonrisa en su rostro, yo asentí y lo mire sin decir nada mas.

******

-¿Estás bien? - levantó la cabeza y Santiago está junto a mi.

- No, creo he pescado un virus - llevó su mano a mi rostro me siento extraña la mano fria de mi novio me hace dar un saldo

- no tienes fiebre.

-Mi cabeza está doliendo un poco- digo y arrugó un poco el ceño, ya que senti que la habitación dió vueltas.

-Me quedaré con Gabriela para que descanses. Te traeré un té y unos analgésicos.

-Gracias. Estaré mejor en un rato- cierro los ojos buscando la tranquilidad en el sueño.

No sabía que pasaba conmigo. En varias ocasiónes había llegado aquel pensamiento nuevamente a mi menté. Pero seguía pensando que era imposible ya qué me había echo un teste de embarazo y este había salido negativo.

Sin embargo seguía pensando en que mi vientre se inflaba cada vez más. Sentía que el vientre que antes era un poco plano, ahora estaba más inflado.

Me preocupaba que pudiera estar teniendo algún problema gástrico o intestinal. Ya que antes de tener a Gabriela sufría mucho de dolores de estómago.

Al Igual así tendré cuidado con algunas cosas. Ya que como no sabía que estaba pasándome. Tenia que ser más precavida.

Unidos por el destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora