Capítulo 47

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Narra Santiago

Observo algún punto de la habitación sin prestar atención en nada en particular. lo que a cambiado mi vida tranquila y controlada en estos días. Era martes, un par de días posteriores a la discusi.

Nadie en casa me soporta hasta yo me detesto en estos momentos; pero el ver ese dolor y desilusión reflejados en los ojos de Rocío; no dejan mi mente tranquila, fui u cobarde y muy a mi pesar descubrí lo débil que soy cuando esa mujer esta lastimada. Me paralizó el temor que esto solo sea el inicio de lo dificil que pueda ser
que Rocío me perdone.

Me desconozco, si mi abuelo me viera de esta forma ya me tendría corrigiendo mis errores, los cuales serían; emendar lo que hize.

El era un hombre duro pero solo que a comparación mía; él si salía a luchar y defender lo que más amaba en esta vida.

Y yo con toda esa carcasa de hombre orgulloso que siempre, transpira seguridad y muy controlador. Ahora me encuentre de esta forma; y todo por mis jodidos secretos.

- Cariño, detesto verte de esta forma- levanto la mirada para encontrarme a una hermosa mujer de ojos claros... Mi Madre. Sonrió tiernamente al verla recargada en el marco de la puerta de la sala.

Después de intentar mil veces a comunicarme con Rocío, salí del restaurante sin rumbo fijo hasta llegar a casa de mi madre. Donde pace el resto de la tarde cenando con ella y Nicole y verificando que todo vaya en orden.

- No sé de qué hablas mamá-mentí - ¿y Nicole? - quise cambiar el tema.

- En un rato baja, está hablando con Giselle por teléfono -avanzó y se sentó a un lado mío -- hijo; se que te he dicho tantas veces lo muy orgullosa que me siento de ti - pose la mirada en ella- tu todo el tiempo mostraste ese lado de todo un digno representante de la familia.

"Pero tan solo con 20 años; ese chico divertido, que amaba las fiestas y salir con sus amigos quedó en el pasado - guardo silencio - Una noticia cambió todo;  y te volviste frío con los demás, dejaste de creer y confiar en muchas personas, y te enfocaste únicamente al trabajo- unas lágrimas resbalaron por su mejilla- para nosotros ha sido difícil enterarnos que tú padre nos estuvo ocultando todos estos años que tenía otra familia y luego el proceso del divorcio que vino tras enterarme de ellos pero a ti te afectó mucho más. Ya que eras muy unido a el antes de eso- me dolía ver esos hermosos ojos claros tan tristes-pero por darnos la fuerza te vi contener las lágrimas y guardar ese dolor que también a ti te destrozaba, y todo para no flaquear ante nadie que se quisiera aprovechar de ello-era verdad -Y se que ante mis ojos siempre serás un digno de llevar el apellido Ribeiro- río con nostalgia.

- Madre...por ustedes lo daría todo sin dudarlo-tomé sus manos y las bese, para después limpiar sus lágrimas con mis dedos pulgares.

- Lo se cariño y eso me enorgullece mas de ti - capturó su mirada fija en la mía, mientras pronunciaba aquellas palabras -pero no quiero que te niegues a la oportunidad de ser feliz;   tienes el derecho de no dejar pasar el amor y de tener a una mujer increíble estar a tu lado para formar tu propia familia...- sonrió- de consentirte y estar ahí cada vez que sientas flaquear y disfrutar de cada logro y fracaso juntos - la abrace y ella sin dudarlo se recosto en mi pecho.

-lo eche a perder madre-dije- Y no creo que esté dispuesta a perdonarme.

-Mi cielo, ella está dolida porque le mentiste. Pero eso no quiere decir que no te ame.

-Madre... pero Rocío es tán... difícil. Siempre lo fue.

-Cariño, te estás describiendo- bromeo- tu y Rocío son tal para cual, eso mantendrá la chispa en la intimidad siempre. sus momentos íntimos serán fuego puro todo el tiempo, y así pasaran los años - suspiro y se recompuso, mientras yo contenía una risa por sus ocurrencias que no estaban tan erradas - Anna es una linda mujer y muy inteligente, pero sabes que no es la indicada, a pesar de ser la madre de tu hija. Eso es lo que es. Y eso tanto tu como nosotros lo tenemos más que claro; si fuese lo contrario ya estuvieran casados hace ya varios años. Y dime ¿acaso te sientes bien haber dañado a Rocío?- tensé mi mandíbula y mi postura se hizo más recta.

-Me siento como el peor de los hombres.

- ¿Y entonces piensas rendirte ?- hablo exasperada - prometeme que solucionaras esto Santiago -me amenazo- o si no yo seré la que obligare a Rocio para castrarte en castigo a tu insensatez - sentenció.

- No creo, que no quieras conocer a tus nietos - hable divertido.

- Estoy hablando muy en serio San- la abrace con ternura...

- Lo se madre y como quiero conservar mis amigos para poder procrear, solucionaré esto; ¿conforme? - hable aun abrazándola.

- Por ahora - sonreímos al mismo tiempo.



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