Llama a mi puerta (Pietro Maximoff)*

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Prólogo: Lo único que Pietro debe hacer para tener tu atención, es llamar a tu puerta y ya.

JaquelineAcero
hazzmichoza
SofiaM37
sssscarletwitchhhh

Advertencia: Sexo vaginal (no se especifica si hay protección, pero siempre recuerden usar globito), lectora dominante, ahorcar, marcas.
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Pietro y tu estaban en su habitación los dos solos sin ropa contigo montándolo.

El velocista realmente no recordaba cómo es que habían llegado a esa situación, pero le gustaba.

–M-mierda printsessa... s-si que eres rápida...–Dijo soltando una pequeña risita apretando tus caderas con fuerza mientras te movías de arriba abajo en su miembro.

–¿Acaso no lo viste venir?–Le preguntaste viéndole con una sonrisa y completamente agitada llevando tu mano izquierda a su cuello y la otra sujetándote en su pecho.

–¡MIERDA!–Exclamó llevando sus manos a tus pechos para apretarlos dejando caer la cabeza hacia atrás en la almohada.

Te acercaste y apretaste su mandíbula para voltear un poco su cabeza y así comenzar a besar y morder su cuello haciéndole gemir.

–P-printsessa si— s-si sigues así...

–Tú tranquilo, aquí estoy.–Le susurraste al oído con voz agitada antes de morderlo.

Tus paredes empezaron a contraerse alrededor de su miembro mientras se retorcía y Pietro soltaba gemidos entrecortados con la respiración agitada y sus cuerpos repletos de sudor.

Sus manos las llevó a tus caderas para apretarlas y empezó a embestir hacia arriba haciéndote gemir con fuerza.

Tensó la mandíbula y te dejó quieta junto cuando llegó su orgasm—

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Pietro dio un salto en la cama y se despertó de golpe respirando totalmente agitado y sudor recorriendo su cuerpo.

–¿Pero qué—?–Preguntó con el ceño fruncido viendo a su alrededor y soltó un suspiro pesado al ver que estaba en su habitación.–Maldita sea.

Puso ambas manos en su rostro y se dejó caer hacia atrás en la cama molesto.

Levantó un poco las sábanas y vio su bulto sobresaliendo ligeramente por sus bóxer al no llevar nada más puesto con una mancha en ellos.

–Increíble, lo que me faltaba.–Se quejó haciendo las sábanas a un lado para ponerse de pie e ir al baño para meterse a la ducha.

(.....)

Después de un rato Pietro se vistió luego de darse un baño y salió de su habitación para ir a la cocina.

Pasó una mano por su cabello y fue directo al refrigerador para abrirlo y quedarse frente a este viendo lo que había y pensando en qué podía comer.

–¿No puedes dormir?–Le preguntaste con una sonrisa sentada en uno de los taburetes de la isla comiendo (lo que tu quieras).

Pietro dio un salto cerrando la puerta del refrigerador de una sola vez y se volteó hacia ti con expresión asustada.

–¡Printsessa! ¡Hola! Qué sorpresa... ¿Q-qué haces aquí?–Te preguntó con una pequeña risita y apoyando su mano en el mesón y dejando la otra en su cadera de forma incómoda.

–Mmm... nada, solo satisfaciendo un antojo de media noche.–Le dijiste sin dejar de sonreír llevando un bocado a tu boca sin quitarle la mirada de encima.

–A-ah... claro... si... ya veo.–Rio incómodo aclarando su garganta.

–¿Y tú? ¿Acaso no puedes dormir?–Le preguntaste viéndole fijamente pero sin borrar la sonrisa que le hacía sentirse nervioso.

–¿Q-qué? Eeeh... p-pues no, la verdad no. E-es que tuve una... u-una pesadilla, si. Una pesadilla, muy fea.–Te dijo cruzándose de brazos y asintiendo con la cabeza.

–Mmm... ya veo. Tiene que haber sido una muy mala como para que te despertara así y tuvieras que meterte a la ducha.

–¿D-disculpa?–Preguntó viéndote algo asustado.

–Solo digo, te escuché desde mi habitación, al fin y al cabo está junto a la tuya. Y tiene paredes muy delgadas.–Le dijiste encogiéndote de hombros y sin dejar de sonreír tomando tú plato para ponerte de pie.

–¿P-paredes delgadas?–Repitió comenzando a jugar con sus manos.

–Mhm...–Respondiste acercándote a él para susurrarle al oído.–Y si necesitas de mi ayuda, lo único que tienes que hacer es llamar a mi puerta.

Pietro se alejó para verte a la cara y tu le guiñaste un ojo antes de alejarte y caminar por el pasillo de vuelta a tu habitación.

El velocista apoyó la espalda en el refrigerador y pasó ambas manos por su cara aún procesando lo que acababa de ocurrir.

–Dios... ésta mujer quiere acabar conmigo, yo lo sé.–Murmuró antes de voltearse e ir de vuelta a su cuarto sin nada de comer.

Avengers Oneshots IVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora