Avengers Oneshots IV

Un mal primer encuentro (Thor Odinson)

Prólogo: Thor conoce a tus padres por accidente cuando aparecen en tu casa y ahí se da cuenta de la razón por la cual nunca hablas de ellos.

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Advertencia: No muy buena relación con la familia, comentarios groseros, Thor siendo el mismo tierno de siempre.
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De los tres años que Thor y tu llevaban saliendo, y uno de ellos casados, nunca había conocido a tu familia, ni tampoco quería sacar el tema porque si no la habías mencionado era por algo. Sin embargo eso no significaba que no le causaba curiosidad.

Él sabía que habían personas que no tenían muy buena relación con su familia, de hecho, lo vivía de cerca porque Loki y Odin no se llevaban para nada de bien, aunque aún así quería saber sobre tu relación con la tuya.

Un día los dos estaban en su casa simplemente disfrutando juntos ya que Thor había vuelto de Asgard, cuando alguien llamó a la puerta.

–Yo voy, tu quédate aquí.–Le dijiste con una sonrisa besándole con tenernura.

–¡Aquí te esperaré, esposa mía!–Dijo con una sonrisa alzando su gran vaso de cerveza estando sentado en una reposadera, ambos en el patio de su casa.

Thor se quedó bebiendo afuera esperando a que llegaras, sin embargo ya habían pasado bastantes minutos y aún no aparecías.

En un momento te escuchó elevar la voz lo cual le hizo fruncir el ceño, e inmediatamente dejó su cerveza a un lado y tomó su martillo para entrar en la casa.

–Mamá si no vienen a nada importante, por favor váyanse.–Le dijiste a tu mamá soltando un pesado suspiro.

–¿Cómo que irnos? ¡T/N no hemos sabido nada de ti hace más de cinco años! ¡Tuvimos suerte de lograr encontrarte!–Exclamó ella molesta.

–Ni siquiera sabíamos que estabas casada, ¡somos tu familia por dios! ¡Tenemos derecho a saber de tu vida! ¡Eres nuestra hija!–Dijo tu papá mientras Thor entraba en la casa.

–¿Amada mía? ¿Todo está bien? ¿Quienes son estas personas?–Preguntó sin soltar su martillo mientras tus padres le veían asombrados.

–Thor estos son mis padr—

–¡¿ESTÁS CASADA CON UN VENGADOR?! ¡QUE ADEMÁS ES UN DIOS!–Exclamó tu mamá viéndole fascinada mientras Thor dejaba su martillo a un lado.–¡¿Cómo conseguiste que se fijara en ti! ¡Literalmente es un dios! No me imagino cómo habrás captado su atención.

Soltaste un pesado suspiro pasando una mano por tú rostro, mientras que Thor frunció el ceño ofendido viendo entre donde estabas tu y tus padres.

–¿Disculpe?–Preguntó ofendido al oír los comentarios de tu madre.

–Debo decir que estoy muy impresionado T/N, jamas creí que podrías llegar a casarte con alguien, mucho menos un dios.–Dijo tu papá viéndole de arriba abajo.

–Es un gusto conocerte, soy la madre de T/N.–Dijo ella con una sonrisa cínica acercándose a Thor para posar su mano en su brazo mientras que tu les veías de brazos cruzados a una poca distancia de ellos.–Me sorprende que alguien como tú esté con alguien como ella, así que dime, ¿qué—

–¿A qué se refiere con "alguien como ella"? Señora, déjeme decirle que su hija es la midgardiana más hermosa, inteligente, atenta y maravillosa que he conocido en mi tiempo aquí en Midgard, y en cualquier otro lugar.–Dijo molesto haciéndose un paso hacia atrás para quitar la mano de tu madre de su brazo.–Y también déjenme decirles que su hija es totalmente digna de reinar Asgard conmigo.

–¿Reinar? ¿Mi hija? Por favor... es un desastre, no puede ni mantener su vida en orden.–Rió tu papá cruzándose de brazos.–Es solo una broma, no te vayas a ofender.

–¡¿Una broma?!–Dijo Thor aún más molesto provocando que un trueno sonara fuera mientras tu ya no aguantabas más la situación.

–Mamá, papá, si no vienen a nada más, por favor ya váyanse.–Les dijiste caminando hacia la puerta para abrirla.

–¡¿Irnos?! ¡Hija recién llegamos! No te hemos visto en más de—

–¡No me importa! ¡Esto es exactamente por qué me alejé de ustedes!–Exclamaste cerrando la puerta de golpe provocando que los tres dieran un salto.–¡Lo único que hacen es criticarme y decirme todo lo que hago mal! ¡Por esto mismo me fui de casa, y por esto mismo no los invité a mi boda!

Pasaste ambas manos por tu rostro y luego te fuiste a tu habitación donde cerraste la puerta de golpe dejando a los tres en la entrada de la casa.

–Ya escucharon a mi esposa, es hora de que los dos se vayan y no vuelvan nunca más.–Dijo Thor yendo hacia la puerta para abrirla.

Tus padres iban a protestar, pero el dios alzó su mano provocando que su martillo fuera hacia ella y ambos se apresuraron en salir.

Thor cerró la puerta y luego colgó el martillo junto a esta antes de ir a su habitación.

–¿Amada mía puedo pasar?–Preguntó golpeando con suavidad sin recibir respuesta alguna de vuelta.–Voy a entrar ahora...

El dios abrió la puerta asomando la cabeza primero y te vio debajo de todas las frazadas en la cama provocando que soltara un suspiro.

Se acercó y se quitó los zapatos para luego meterse contigo en la cama y así abrazarte por la espalda.

–¿Ya se fueron?–Le preguntaste mientras abrazabas una almohada.

–Así es, esposa mía. Y créeme que ya no van a volver.– Te aseguró dejando un beso en tu cabeza.

Soltaste un suspiro y dejaste la almohada a un lado para darte vuelta y así verle a la cara.

–Así no era como quería que los conocieras, de hecho... ni siquiera quería que lo hicieras, solo que no sabía cómo hablarte de ellos.–Le dijiste con una pequeña risita triste jugando con su mano.–Perdón por todo eso.

–No tienes por qué pedir perdón, mi amada. No sabías que iban a venir, y estoy seguro de que ni siquiera sabes cómo encontraron tu hogar.–Te dijo posando su otra mano en tú mejilla provocando que levantaras la vista hacia él.–Pero no tienes nada de qué preocuparte porque mi forma de verte no ha cambiado no un poquito. Tu siempre vas a ser lo más importante para mi, no importa lo que los demás digan.

Thor te ofreció una sonrisa provocando una también en tu rostro y te acercaste para abrazarlo dejando tu cabeza bajo su barbilla, y el dios comenzó a acariciar tu cabello y espalda.

–¿Qué te parece si hoy pedimos esas deliciosas pizzas midgardianas para la cena y nos olvidamos de todo esto?–Te dijo con una sonrisa sin soltarte.–Para levantar los ánimos, o puedo cocinar lo que quieras para ti.

–Las dos opciones me gustan.–Le dijiste con una sonrisa alejándote un poco para verle a la cara.

–Entonces yo puedo cocinar unas pizzas para ti.–Dijo sin dejar de sonreír antes de besar tu nariz y luego comenzar a hacerte cosquillas provocando que rieras con fuerza, al igual que él.