{♥︎‿♥︎} 𝕆𝕟𝕖 𝕊𝕙𝕠𝕥𝕤, ᴀʟᴀɴ ʀɪᴄᴋᴍᴀɴ ʏ ᴄᴏᴍᴘᴀɴ̃ɪᴀ {♥︎‿♥︎}

🔪Alan Rickman (policía) +18♥️

Pov TN

Hoy era una buena tarde para robar un banco y eso era lo que estaba haciendo, me encontraba señalando a un cajero con un arma y una mirada cruel y despiadada, quería hacerle saber que no importaba lo que hiciera, no tendría piedad contra él, los demás cajeros metían todo el dinero en la bolsa grande que les había dado y los clientes recostados en el suelo, a los 5 minutos salí con los bolsillos llenos de billetes y una gran sonrisa, tenía una máscara de gato negro y vestía ropa blanca, se lo qué dirán, los ladrones usan mayormente ropa negra para no ser descubiertos, pero por favor, el look se me ve realmente bien, cuando estaba a punto de irme sentí una bala pasar por el lado de mi cabeza, voltee a ver quién se había atrevido a dispararme, sonreí al ver al oficial Alan Rickman.

- ¿De nuevo tarde poli? - Hable en un ronroneo.

- No eh llegado tarde si estás aquí todavía - Se acercó señalándome con el arma - Ahora pon las manos donde pueda verlas - Yo alcé una mano - Eh dicho las dos - 

- No creo que sea posible, ¿Sino cómo me recogerán? - Alan frunció el ceño, pero a los segundos un helicóptero se acercó con velocidad y un hombre tomó mi mano alzándome con facilidad - ¡Nos vemos Al! -

- ¡Mi nombre es oficial Rickman para ti mocosa! - Habló enojado y viendo como me iba.

Solté una risa mientras me alejaba, esa era mi amada rutina, tomar dinero de un banco y desaparecer en un helicóptero, al subir y dejar el dinero en el suelo unos compañeros que estaban ahí me dieron unos audífonos, al ponérmelos escuché la voz más aguda y cruel que haya escuchado.

- ¿De nuevo hija? - Si, el jefe la mafia era mi padre.

- No pude evitarlo - Desvíe mi mirada a la ventana.

- El blanco no es nuestro color -

- Pero el negro es muy formal y serio, cosas que obviamente yo no soy - Me queje suspirando.

- Lo sé, pero al menos intenta no hablar con los policías, ya habíamos hablado de eso - Suspiro enojado.

- Lo sé, lo sé, pero es divertido - Hable sonrojándome un poco al recordar la mirada seria y fría que Al me había dado.

- Supongo - Supuse que él no me había creído y probablemente hablaríamos en casa, no me quedaba de otra más que quedarme callada.

En el transcurso del camino, ya nadie habló más que mis compañeros, yo miraba por la ventana recordando una y otra vez que no importará lo que pasará, no debo dar señales de que me gustaba el jefe de policía, suspiraba al pensar que Al solo me odiaba al ser mafiosa, ¿Qué pasaría si yo no lo fuera?, tal vez tendría una oportunidad, pero no puedo dejar a papá, son tantas cosas en las que pienso y estaba tan distraída que no note cuando llegamos a casa, o mejor dicho, la mansión de papá, nada es mío a menos que papá diga "toma, es tuyo", él dice que debo trabajar para conseguir mis propias cosas, lo entiendo, pero hizo eso desde que tenía 10 años.

Después de una hora llegamos a la mansión, bajé del helicóptero con mi botín y una mirada lejana, aun teniendo mi vestuario entré hasta llegar a la oficina de papá, quién ya estaba ahí esperándome, suspiré cerrando la puerta y dejando el dinero aún lado, caminé hasta él sentándome en la silla frente al escritorio.

- ¿Y bien? - Preguntó mirándome con seriedad.

- ¿Que? -

- ¿Por qué siempre quieres hablar con el policía ese? -