{♥︎‿♥︎} 𝕆𝕟𝕖 𝕊𝕙𝕠𝕥𝕤, ᴀʟᴀɴ ʀɪᴄᴋᴍᴀɴ ʏ ᴄᴏᴍᴘᴀɴ̃ɪᴀ {♥︎‿♥︎}

Severus Snape

Advertencia ⚠️

El siguiente contenido puede tener escenas que no son precisamente inocentes.

Gracias.

Y disfruten.

Albus hablaba con Severus con una sonrisa soñadora, miraba a la ventana mientras veía a su pequeña e inocente hija, un ser que nunca había sido tocada y parecía como una pequeña niña, ingenua, dulce, tierna y sumisa, una presa facil y él lo sabía, por ello decidió llamar a Severus, sabía que su muchacho era respetuoso y muy gentil con las mujeres, lo quería como guardian para su hija.

- ¿Y que te parece muchacho? - Dijo Albus mirándolo con una sonrisa amable, la típica de siempre, Severus lo vio unos segundos luego miro a la chica que estaba en el jardín, sus gestos tan inocentes y tiernos, volvió a ver a Albus.

- No creo que sea la mejor opción, Albus - Su tono firme y profundo guardaba más de lo que dejaba ver, Albus soltó una risita.

- Pero que cosas dices muchacho, hasta ahora, tu eres mi mejor opción - Severus volvió a ver a la chica - Durante los años que llevo conociéndote se que jamás le harías daño a una mujer, por más desagradable que te parezca - Severus gruño bajo.

- Eso no significa que me tenga que convertir en niñera, Dumbledore, tengo otros asuntos que atender - Se cruzó de brazos.

- Vamos muchacho, ambos sabemos que puedes hacer esos asuntos mientras estás con ella, te ayudará para... no sentirte solo - Severus se quedó estático por sus palabras, aparto la mirada indignado.

- Yo NO me siento solo, me gusta mi tiempo sin gente estúpida - Albus sonrío de lado levantando una ceja - Maldición... - Murmuró - Bien, Pero al primer error que me haga cometer esa... niña, la regresaré contigo y jamás volveré a involucrarme -

- Gracias Severus, sabía que podía confiar en ti - Le dió una palmadita en el hombro, Severus vio a Albus irse luego a la chica.

En su cabeza miles de ideas pasaban, cada una peor que la otra
, Pero al final se preguntó una sola cosa...

¿Que tan sumisa podía llegar a ser?

Y así fue como Severus comenzó con el mayor y delicioso secreto que en su vida había tenido, desde que esa joven llegó a su oficina, fue todo un deleite para Severus.

Al principio fueron toques tiernos, accidentales, suaves, Pero a medida que notaba que a ella le gustaba su ambición por querer más se hizo presente, cada día era un nuevo toque diferente, tocaba casualmente su cuello, la hacía mirarlo a los ojos o incluso se había atrevido a tocar sus muslos, toques que se suponía ella debía de haber parado ya y acusado con Albus, sin embargo, ahí estaba, montada en su regazo con un hermoso tono rojizo en sus mejillas y su respiración temblorosa.

- Pero mira la nena de papi - Susurró Severus con un tono sensual - La dulce e inocente pequeña quiere montarme - Soltó una risita y la sujetó de las caderas - ¿Quieres que daddy te haga sentir bien?, ¿Quieres que te cuide? - TN asintió lentamente, avergonzada como para hablar - Usa tus palabras nena - Ordenó mientras le daba una nalgada.