The Tiger King (Traducción)

Capítulo 15: Proxy

"¿Y bien?" Exigió Somi tan pronto como entró por la puerta.

"Buenas tardes a ti también, estoy bien, gracias, no, Lisa todavía está inconsciente", se rió Jennie.

"¡Unnie!" Somi hizo un puchero.

Jennie había mantenido la boca cerrada toda la mañana, sin siquiera ceder cuando Irene tuvo que irse.

"Somi, tráela", Había ordenado Irene y, por una vez, Somi obedeció sin cuestionar: molestó a Jennie hasta que ella y Matthew tuvieron que irse.

Somi estaba decidida a llegar a la raíz del problema al final del día y, afortunadamente, todavía vería a Jennie por la tarde-noche.

"¿No estás cansada de ser tan misteriosa?"

"Hmm", dijo Jennie ahora mientras caminaba hacia las barras donde la gente hacía flexiones. Pasó un dedo por el metal, sacudiendo el polvo. "Tal vez es porque... me da vergüenza haber mantenido la cabeza enterrada en la arena y haber dejado que el problema creciera demasiado en lugar de abordarlo de frente."

"Oh", dijo Somi pensativa, "como... ¿procrastinación?"

La chica mayor asintió, su rostro sombrío. "Solo que mis razones para demorarme no están exactamente relacionadas con la procrastinación..."

"¿Entonces?"

Jennie tarareaba mientras se estiraba. "¿Recuerdas que dije que mentalmente, Lisa está cansada? Puede que haya subestimado su cualidad para soportar las cosas..."

"¿Hasta el punto de permitirle soportar todas esas palizas?" Somi jadeó. "¿Una y otra vez?"

Jennie apartó la mirada. "Lo estaba manejando bien..."

Somi se quedó boquiabierta.

"Sí, soy la mala", suspiró Jennie. "Pero voy a tratar de arreglar esto. Lisa... necesita mejorar... a tiempo para las eliminatorias del Grand Slam."

"P-pero... pero..."

"Dinero", Suspiró Jennie. Abrió los brazos para indicar el gimnasio. "Todo se trata del maldito dinero... ¡y Lisa es la única que lo trae!"

Apretó el puño. "Nunca es suficiente... siempre necesitamos arreglar algo, pagar alguna cuenta, comprar comida... siempre lo necesitamos... y yo soy una tonta por siquiera soñar que saldremos de esta miserable situación un día poniendo todas mis esperanzas en mi hermana pequeña e impulsándola..."

Jennie se sentó en una silla detrás del escritorio, mirando alrededor del gimnasio vacío con una sonrisa dolorosa. "Honestamente, no sé por qué mantengo abierto este lugar. Sería un gasto menos del que preocuparme..."

"¡No digas eso!" Somi dijo alarmada. "Vamos, a papá y a mí nos encanta, y también a Irene. Momo también viene aquí cuando está en Corea, y esa gente que viene en la tarde a veces..."

"No es suficiente, Mimi", dijo Jennie en voz baja, "ni mi trabajo en el restaurante es suficiente. Lisa es la única que trae dinero."

Sacudió su cabeza. "Si cierro el gimnasio, Lisa y yo también perderíamos el apartamento, porque así lo dice el estúpido contrato. Y sin este lugar, no tendremos adónde ir... así que tiene que permanecer abierto... incluso si todo el mundo deja de venir."

Se enderezó. "Creo que tendré que cerrar temprano hoy, Lisa no estará aquí para vigilar las cosas."

"¡Me puedo quedar!" Somi se ofreció como voluntaria. Jennie negó con la cabeza.

"Gracias, cariño, pero si pasa algo, serás responsable y yo seré acusada de negligencia, ya que no eres una empleada. No puedo arriesgarme a que eso suceda."