Capítulo 19: Vecina

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Todos habían estado emocionados por Lisa. Era como si tuviera varios padres cariñosos que la despidieran en su primer día de clases.

Y definitivamente amaba la atención.

Lisa estaría mintiendo si dijera que la ráfaga de actividad no hizo que su corazón se encogiera de nostalgia. Pronto hizo a un lado esos sentimientos y se vio envuelta en asuntos importantes como arreglarse y elegir qué ponerse, como si fuera a una primera cita.

La atmósfera altamente cargada presente cuando todas la ayudaron a prepararse antes de enviarla a su gran aventura solo aumentó su entusiasmo y se olvidó de su anterior desdén por asistir.

Afortunadamente, nadie pasó por allí por la tarde, por lo que Jennie se concentró únicamente en preparar a Lisa. Había corrido a la lavandería con la camisa favorita de Lisa por la mañana, porque Lisa descubrió una mancha en ella y se mostró inflexible en ponerse otra cosa, tenía que usarla para su sesión, era su camisa de la buena suerte.

Somi le había conseguido una mochila para poner una toalla y una muda de ropa. Irene se las había arreglado para volver a escondidas al gimnasio durante su descanso del trabajo y estaba tratando de aplicarle un poco de maquillaje a Lisa.

Palabra clave 'intentando'.

"¡OOHH, LÁPIZ LABIAL ROJO POR FAVOR, POR FAVOR!" Lisa rogó mientras rebuscaba en el neceser de maquillaje de Irene con el entusiasmo de una niña hiperactiva de cinco años: "¡Lo quiero! ¡Hace mucho que no pruebo uno! ¡Oh y sombra de ojos! ¿Estás bromeando, tienes el rímel de Fenty? ¡Quiero delineador también! ¿Por favooooor?"

"Dijimos maquillaje ligero Lisa, no te vamos a convertir en un payaso porque ya lo eres", reprendió Jennie, "ahora deja que Irene trabaje."

"Oh, sí, ¿recuerdas esa vez que Lisa se convirtió en el Guasón?" Somi se rió.

"¿Cómo podría olvidarlo?" Jennie se rió entre dientes.

"Fue solo una vez—"

"Fue todas las veces."

Lisa había estado algo obsesionada con el maquillaje antes, cuando ella y Jennie tenían más libertad para deambular. Le encantaba visitar los salones de belleza en el centro comercial y probar muestras, pero su técnica en la aplicación de lápiz labial carecía de la delicadeza de Somi y Jennie. La mayoría de las veces, terminaba pareciendo una niña con la cara untada con salsa de tomate.

Matthew le había dado a Lisa una barra de proteína energética por la mañana para que la comiera después de que terminara la sesión; según él, siempre tenía una a mano para cuando Somi terminaba porque siempre salía hambrienta después del entrenamiento.

"¿De verdad vas a usar esa camisa?" Preguntó Somi, arrugando la nariz.

"¿Por qué? Está limpia."

"Sí, pero 'Los unicornios son reales'." Somi dijo, señalando el eslogan escrito en la camiseta, "eso no grita madurez."

"Estoy de acuerdo con Somi", dijo Irene. "Tienes que mostrar una imagen madura y seria."

"¡Unnie me respalda!" Lisa se quejó. Jennie no prestó atención porque estaba ocupada quitando el polvo y limpiando las zapatillas de deporte de Lisa. Lisa suspiró y levantó los brazos con exasperación.

"Ustedes dos, abuelas, deben relajarse. Es mi camisa de la suerte favorita y la voy a usar, ¡Si o si!" Dijo con altivez, con la nariz en alto. "¡Para tu información, los unicornios también pueden ser reales!"

"Cálmate, Lis. Ahora, recuerda, se cortés y no hables de manera descarada, las primeras impresiones son muy importantes", se quejó Jennie mientras le entregaba a su hermana las zapatillas limpias y alisaba la camiseta de Lisa.

The Tiger King (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora