The Tiger King (Traducción)

Capítulo 102: Sangre y agua

Las granadas tomaron a Hani por sorpresa.

Sacó el cuchillo del Jay con el que había estado luchando y resurgió de su frenesí asesino jadeando y empapada de pies a cabeza en sangre que no era suya justo a tiempo para que un fuerte estallido resonara en la caverna y casi la arrojara al suelo. Le siguieron explosiones sucesivas y el humo cubrió rápidamente la zona.

"¡Esos malditos cultistas!" Gritó un Jay. "¡Retírense!"

"Pero el jefe—"

La gente gritaba y corría a ciegas hacia la salida, pasando junto a Hani como un río desbordado. La sangrienta zona de guerra se transformó en una estampida cuando los cultistas y los Jays olvidaron su lucha y huyeron.

Hani corrió en dirección contraria, maldiciendo en voz baja mientras apartaba el humo. Sus brazos doloridos protestaban mientras empujaba contra la corriente y tropezaba con los cadáveres, cubriéndose la cabeza mientras se oían más estallidos. Los cultistas habían venido armados.

Hani no podía ver de dónde venían las granadas que estallaban, pero se preguntó si alguno de ellos también se estaba sacrificando en el proceso.

Había perdido demasiado tiempo luchando cuando debería haber estado encontrando a Jennie y Jisoo.

Hani gimió, lamentando su sed de sangre; no había podido controlarse. Una vez que el primer pobre bastardo se cruzó en su camino, Hani se dejó ir, la emoción de la adrenalina de la pelea expulsó todos sus pensamientos sobre su misión original.

Un crujido colosal y el chirrido del metal seguido por un silbido agudo de algo enorme cayendo al suelo fueron las únicas advertencias que recibió Hani antes de saltar a un lado mientras el puente de observación de acero que se extendía a lo ancho de la caverna se derrumbaba.

Toda la estructura se derrumbó en una maraña de metal y carne; los cuerpos estallaron como globos y derramaron sus entrañas al impactar.

Hani se estrelló contra el suelo, su grito de dolor quedó amortiguado por el pecho hinchado de un cadáver: una viga de metal le había enganchado el pie, aplastándolo.

Las estrellas giraban frente a sus ojos y Hani se aferró a la conciencia mientras el dolor amenazaba con arrastrarla hacia el fondo, explotando en su cabeza como petardos sucesivos. Cuando tiró débilmente de su pierna, esta se quedó atascada; el movimiento solo logró arrancarle un gemido agonizante de lo más profundo de su ser.

Patética. Siempre necesitas ayuda. Débil.

Hani apenas podía enfocar su visión borrosa, pero a través de la neblina de su dolor insoportable, sus pensamientos eran claros y, como siempre, crueles. Sin embargo, le dolían, repitiendo viejas mentiras que los ancianos le habían dicho.

Vagamente, registró los gritos y alaridos de la gente que corría de un lado a otro en pánico, registró los gritos de dolor de las otras víctimas atrapadas debajo del puente.

Hani respiró profundamente, intentando controlar su creciente miedo, negándose a reconocer su derrota.

"Tranquilízate." Dijo Hani entre dientes, preparándose para un segundo intento de sacar la pierna. "No voy a caer así. Soy Dasoni."

Pero el segundo tirón hizo que unos puntos negros bailaran frente a sus ojos y cayó al suelo, sin prestar atención al vidrio y la sangre que salpicaban el área.

Su pie quedó aplastado y quedó atrapada. Pedir ayuda era inútil y débil. Dasoni no dependía de nadie, excepto de su familia.

Pero a Hani ya no le importaba. Rodeada de muerte y agonía, Hani solo podía pensar en las chicas y en Chanyeol.