Capítulo 100: Rescate

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A Jennie le dolía mucho la cabeza. Le dolía mucho el costado, como si alguien la hubiera atravesado con un cuchillo al rojo vivo. Cuando intentó abrir los ojos parpadeando, fue como si hojas de afeitar le atravesaron los globos oculares; el duro resplandor de un foco cegador la obligó a cerrar los ojos de nuevo. La superficie debajo de ella era lisa y dura, como una mesa.

¿Dónde estaba? ¿Qué había pasado?

Recuerdos confusos aparecieron en su mente: Disparos. Jinyoung. Jongin. Jisoo. Jungha.

"¡No!" Los ojos de Jennie se abrieron de golpe. "¡Jungha, NO!"

Algo metálico se estrelló contra el suelo, sacando a Jennie del torbellino de angustia a tiempo para encontrar a Jinyoung agachado sobre ella, respirando con dificultad por el movimiento repentino. Sus ojos recorrieron todo su rostro y finalmente se posaron en los ojos de Jennie.

"Estás despierta", dijo con voz áspera.

Se había quitado el chaleco antibalas y ahora vestía una bata de laboratorio, con las mangas arremangadas hasta los codos. Llevaba el pelo despeinado, la camisa desarreglada y el rostro cubierto de humo. Pero sus ojos brillaron y la clavaron en los de ella. El foco que había detrás de su cabeza hacía parecer que tenía el halo de un ángel, pero su presencia no era nada sagrada— cuando lo miró a los ojos, todo lo que Jennie vio fue un negro abismal.

"Jungha... Jisoo." Dijo Jennie con voz entrecortada. Intentó incorporarse, pero se encontró atrapada, atada a la mesa blanca. Se retorció, pero el dolor agonizante en su costado, la hizo jadear con fuerza.

"¿Qué me has hecho?" Susurró Jennie, con sudor frío acumulándose en su frente. No era solo miedo: la habitación estaba helada. En el fondo de su cabeza, Jennie se dio cuenta de que debía estar en algún laboratorio. Su ansiedad se disparó. "¿Dónde estamos? ¡¿Qué demonios me has hecho?!"

"Tranquila, tranquila, vas a abrir la herida." Dijo Jinyoung con voz entrecortada.

"Y no te muevas demasiado o desplazarás la aguja."

"¿La herida?" Susurró Jennie. "¿Una aguja?"

Levantó la cabeza para mirar sus brazos y se le hundió el corazón al descubrir que había una aguja intravenosa que introducía un líquido amarillo en uno de ellos.

"Relájate, es solo TK Beta, para estabilizarte y revivirte. De lo contrario, habrías entrado en coma", intervino Jinyoung cuando ella abrió la boca para gritarle.

"Sácala." Dijo Jennie furiosa. "¡Quítamela, maldita sea!" Retorció el brazo para liberarse de la aguja, sin éxito, y solo recibió un pinchazo cada vez que la aguja se movía.

"Sé sensata, Jennie. Sólo intento ayudarte. Te dispararon. Ese chico te protegió de más golpes fatales. El Dr. Kwang sacó la bala y te curó." Jinyoung sonrió tranquilamente. "¡Tenemos la suerte del diablo de nuestro lado! La vamos a necesitar."

Nuevas lágrimas brotaron al recordar el sacrificio de Jungha— recordó a Jungha gritando cuando estallaron los disparos, recordó que se estrelló contra ella, recordó despertarse y encontrar su cuerpo inerte en su regazo, sin vida.

"Jungha— no quise— no era su intención— se suponía que debía irse a casa", lloró. "Murió por mi culpa."

"Él tomó su decisión. Olvídate de él ahora, está muerto." Dijo Jinyoung. Una oleada de repulsión sobrepasó su dolor cuando Jinyoung le secó las lágrimas casi con ternura. Ella se apartó de su toque, furiosa.

"No me toques." Espetó Jennie, y su fuego volvió a apoderarse de ella. Se retorció contra las correas que la sujetaban y siseó cuando su costado dolorido se estiró. "¿Dónde está Jisoo? ¿Dónde estamos? Te juro por Dios que si lastimaste a Jisoo—"

The Tiger King (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora