Aparecieron en un lugar obscuro. Era una bóveda llena de basura metálica. Las ventanas, muchos metros por encima del suelo, apenas dejaban ver el exterior. El sol estaba a punto de esconderse.
- ¿Víctor? -preguntó Alistair, angustiado.
- ¡No! ¡Yo no fui! ¡N-no sé qué pasó!
- ¡Sácanos de aquí! -refunfuñó Lara, intentando ocultar su temor.Víctor obedeció e intentó usar el catalejo como siempre, pero no funcionaba. Estaban demasiado asustados para notarlo, pero el catalejo había perdido su color.
- N-no sirve ¡No sé qué pasa! -dijo Víctor, desesperado.
Estando aún alterados, un grito quebró el silencio. Era un alarido lleno de pánico. El silencio le sobrevino con mayor pesadez. Se miraron entre sí. Alistair decidió ir a investigar. Todos lo siguieron, inseguros. Aradia tenía tanto miedo que se sujetó con fuerza de la mano de Lara. Conforme avanzaban, Christabel escuchó algo detrás de sí. No supo qué era el sonido, pero la retrasó junto con Víctor, que también lo oyó. Antes de que cualquiera comprendiera, una montaña de herraje cayó en medio de ellos, separándolos en dos grupos. Lara jaló a Aradia con rapidez. Alistair también se salvó justo a tiempo.
- ¿¡Están bien!? -gritó Alistair, desesperado.
- ¡Sí, estamos bien! -respondió Víctor- ¿Ustedes?
- ¡Estamos bien! ¡No podemos escalar, es demasiada basura! ¡Intentemos rodear, reencontrémonos pronto! -fue lo último que dijo Al.Cada grupo comenzó a caminar hacia donde los guiaba el camino. El grito que los había movido en primer lugar no volvió a repetirse. Lara cargó a Aradia. Alistair iba delante de ellas, reloj en mano. Lo hubiera activado desde un inicio, pero temía que no funcionara igual que el catalejo. No quería comprobar ese temor. La luz era escasa, llegaron a un sitio donde en el techo colgaba una gran lámpara de luz amarillenta, cuyo brillo apenas alumbraba. Iban a seguir caminando, pero alguien se puso de pie justo debajo del haz de luz. Esa persona les saludó con una reverencia. Su rostro, a la distancia y con la escasa luz, parecía horriblemente deformado.
- ¿Hola? -preguntó Alistair, incómodo.
- “¡No, respóndame él a mí! ¡Deténganse y diga quién es!” -respondió él, con voz hueca.
- ¿Qué…? -preguntó Alistair para sí mismo.Pasó un momento en que nadie dijo nada.
- ¡“Viva el rey”! ¡Esa es tu parte! ¡No puedes olvidarlo! -dijo aquél desconocido.
Ni Alistair ni Lara entendían, pero no estaban dispuestos a averiguarlo. Presionó el botón del reloj con cierto temor y… ¡No funcionó! Alistair lo presionó más fuerte, pero nada ocurría.
- ¡No sirve! -dijo en voz baja- ¡Lara! ¡Mi reloj no sirve!
De reojo vieron la luz. Ya no había nadie ahí. No podían retroceder. Siguieron caminando con cautela. Anhelaban reencontrarse con Víctor y Christabel, pero ignoraban algo: Ojos malignos de rostros enmascarados seguían los pasos de ambos grupos.
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Las reliquias.
AdventureEn un mundo similar al nuestro, existen objetos de gran poder. Tiempo, espacio, obscuridad, inmortalidad, cualquier cosa que se desee puede hacerse realidad... Aquellos que portan una reliquia son temidos y respetados ¿Qué pasará cuando Alistair, un...