La mamá de Alistair cerró la puerta. Él seguía sentado en su cama con las piernas cobijadas. Alzó la vista, mirando la habitación en la que estaba. Era amplia e iluminada por tres grandes ventanas, la adornaban un montón de cosas que le gustaban. La pared era de color púrpura claro, había varios posters de sus videojuegos favoritos, las repisas estaban llenas de cómics y juguetes que… ¡siempre estuvieron ahí! Se sintió tonto porque la enajenación no desaparecía.
Salió de la habitación en pijamas. Caminó a través de un pasillo amplio con suelo de madera. Era extraño. Había vivido ahí desde que nació y, sin embargo, esa mañana se sentía como redescubrir su propia casa. Bajó las escaleras. La sala estaba iluminada por el sol.
Conforme caminaba, un murmullo se hacía más potente. El sonido era familiar. Se dirigió hacia la cocina. Se asomó con lentitud hasta que lo vio.- ¡Abuelito! -gritó Alistair, sofocando el llanto.
Su abuelo lo vio.
- ¡Al! ¡Buenos días! -dijo él, sonriendo.
En ese momento, un recuerdo fugaz le erizó la piel. Había soñado con su abuelo. No recordaba los detalles, pero sí la sensación de pérdida. No había sido más que una pesadilla, una de esas que impactan tanto que se adhieren al alma.
Se acercó y lo abrazó con fuerza. Su abuelo se sorprendió, pero le devolvió el abrazo.- ¿Ya saludaste a tu mamá? -preguntó él, dándole una pequeña palmada en la espalda.
- Ah, no. Todavía no.En ese momento ella apareció en la entrada de otra puerta.
- ¿Todavía no te vistes? Apúrate, faltan veinte minutos. Tu papá ya se fue a trabajar, así que yo te llevaré.
- ¿Papá…? -preguntó Alistair- ¡Ah, claro! Ayer me dijo que tendría que irse temprano. Ya no me acordaba.(Realmente no lo recordaba. Tampoco tenía muy en claro haberle visto la cara).
Subió, se vistió rápido y bajó para desayunar. No recordaba lo deliciosa que era la comida de mamá. El amor en cada mordida era palpable. Engulló todo con ansia. Con cada bocado un trozo de sus recuerdos era recuperado. Recordó el cumpleaños en que su mamá le preparó un pastel ella misma, sabía horrible, pero a papá le encantó por algún motivo y él fue el único que lo comió hasta terminarlo. Su cerebro se llenaba con la alegría, tristeza y memorias de sus años de vida. ¿Cómo había olvidado todo aquello? Increíble lo fácil que una pesadilla puede desestabilizar la realidad de alguien.
Cuando terminó el desayuno, corrió escaleras arriba. Chocó con el escritorio de su cuarto, algo cayó al suelo. Era un viejo reloj de bolsillo que su abuelo le había regalado. El mecanismo ya no servía. Lo devolvió a su lugar, tomó su mochila y fue a la escuela. En ella se encontró con su mejor amigo: Tírcov. Caminando un poco también se encontraron con su otra gran amiga: A´arl.
El día transcurrió sin gran novedad. Al menos no hasta que, en un cambio de clase, una hermosa joven que nunca había visto se sentó junto a él. Dijo que su nombre era Lichsebrat, y era la mujer más hermosa que Alistair había visto. No lo soportó más. Al salir de clase le declaró su amor. No explicaba por qué, pero se sentía profundamente enamorado. Ella se sonrojó y le dio un tierno beso.Cuando Alistair llegó a casa su papá aún no regresaba del trabajo.
Entró a la cocina para comer algo. En el refrigerador había una extraña foto que no recordaba haber visto antes. Él era un bebé en brazos de mamá. La foto era vieja, el rostro de su abuelo estaba sucia. Le daba un aspecto triste. Los rostros de su mamá y papá estaban tan sucios que no podía discernirse cara alguna.
Cuando se hizo más tarde su papá no llegó. Alistair se despidió de su familia y se fue a acostar.
Estando ahí, con la luz apagada mirando al techo, sonrió mientras su consciencia se desvanecía. Esperaba que el día siguiente fuera igual de perfecto. Entonces durmió sin soñar.Era un mundo perfecto, el mundo ideal de Alistair.
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Las reliquias.
AventurăEn un mundo similar al nuestro, existen objetos de gran poder. Tiempo, espacio, obscuridad, inmortalidad, cualquier cosa que se desee puede hacerse realidad... Aquellos que portan una reliquia son temidos y respetados ¿Qué pasará cuando Alistair, un...