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Las puertas de alta seguridad se abrieron con un estruendoso zumbido, revelando a Jukcheon, la asesina en serie más temida y psicópata que había permanecido encerrada durante cinco largos años en la prisión de máxima seguridad de Seúl. Su figura imponente emergió de la oscuridad de su celda, y sus pasos resonaban con una firmeza inquietante mientras avanzaba hacia el área de contacto.
El comisionado, acompañado por un par de agentes de seguridad, caminaba a su lado con una naturalidad sorprendente. A diferencia de la tensión palpable de los otros miembros del equipo, él parecía completamente a gusto, como si se encontrara en su elemento. Durante estos años, había dedicado un esfuerzo considerable a estudiar a Jukcheon, comprendiendo cada matiz de su comportamiento y reacciones. Había aprendido qué la ponía de mal humor, identificando los sutiles cambios en el color de sus ojos cuando sentía el impulso de atacar, y había llegado a conocer incluso sus puntos débiles.
El comisionado hablaba con ella con una calma calculada, sus palabras eran suaves y medidas, como si estuviera manejando una situación que le era completamente familiar. Su conocimiento de Jukcheon era profundo, y no había dejado ningún detalle sin explorar. Sabía cómo manejarla, cómo anticipar sus reacciones, y cómo mantener un equilibrio delicado para no desencadenar su furia.
Jukcheon, por su parte, se movía con una elegancia fría, su rostro una máscara de serenidad que ocultaba una mente afilada y peligrosa. Cada movimiento estaba cargado de una tensión latente, y sus ojos, aunque aparentemente tranquilos, tenían un brillo que traicionaba su naturaleza inquietante.
El comisionado y Jukcheon avanzaron hacia una camioneta blindada que los transportaría a la unidad donde el equipo los esperaría. Bueno, quizás no los esperaría, ya que el comisionado había tomado una decisión crucial que afectaría el desarrollo de la operación. La situación estaba bajo control, al menos por el momento. Jukcheon permanecía en un estado de calma inquietante; su semblante era impasible y no mostraba ninguna expresión, ni siquiera al dirigirse hacia el vehículo. Sin embargo, su mirada era penetrante, perturbadora para cualquiera que la cruzara.
Antes de partir, el comisionado había equipado a Jukcheon con unos dispositivos especiales que iban colocados en sus oídos. Conocía bien las debilidades de Jukcheon, debilidades que eran completamente desconocidas para otros. El comisionado era el único que había logrado descubrirlas y adaptar las estrategias para manejarlas. Los dispositivos eran similares a unos audífonos y estaban diseñados para proteger a Jukcheon de sonidos extremadamente altos o vibraciones intensas, que eran sus principales vulnerabilidades.
Estos audífonos eran cruciales porque, al exponerse a ruidos fuertes, Jukcheon sufría de sangrado en los oídos y se volvía completamente desorientada. Este tipo de estímulo no le causaba dolor físico, pero provocaba una reacción agresiva en la que intentaba atacarse a sí misma, convirtiéndola en un objetivo vulnerable, algo así como un botón de autodestrucción de si misma. El comisionado sabía que cualquier error en este aspecto podría desencadenar una situación caótica, por lo que se aseguró de que Jukcheon estuviera adecuadamente equipada para evitar tales incidentes mientras se encontraba bajo su custodia.
Cuando llegaron a la unidad, descendieron cuidadosamente de la camioneta blindada Jukcheon fue conducida al interior del edificio con la máxima discreción, mientras los agentes que estaban cerca lanzaban miradas curiosas hacia el movimiento, sin comprender la magnitud de la situación.
El rostro de Jukcheon había permanecido en el misterio para la mayoría de los agentes, ya que nunca se había revelado públicamente. Solo aquellos que habían estado directamente involucrados en el caso y que ahora se encontraban en un estado lamentable pues fueron asesinados. La mayoría de los agentes presentes no sabían quién era realmente, ya que el rostro de Jukcheon nunca había sido expuesto en los informes oficiales. Este secreto había alimentado una serie de especulaciones y rumores entre el personal.
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ADN CRIMINAL ⌖ JK +18
FanfictionLa policía surcoreana enfrenta una batalla titánica para capturar al autor de una ola de caos sin precedentes que ha desbordado la capital del país. No se trata solo de tiroteos, drogas, dinero, secuestros y asesinatos; la situación ha alcanzado un...