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Jeon Jungkook


Cuando terminé con la reunión de esta mañana, me quedé platicando con un agente amigo de mi padre. La conversación comenzó de manera relajada, pero pronto mi amigo me lanzó una pregunta que me sacó de mis pensamientos.

—Dime algo, muchacho —dijo, llamando mi atención—. Hoy es tu cumpleaños, ¿no es así?

Asentí, recordando de repente que había olvidado por completo mi propio cumpleaños. Con todo el ajetreo del trabajo, la mudanza, los preparativos para la llegada de nuestra hija y el embarazo de Nabi, el día se me había pasado por completo. No podía creer que había olvidado una fecha tan importante para mí.

—Entonces déjame felicitarte —dijo, levantándose para darme un abrazo. Yo correspondí al gesto, sintiendo una cálida sensación de gratitud.

—Muchas gracias —respondí, algo desconcertado por la coincidencia de su felicitación.

—Lo olvidaste, ¿cierto? —comentó, con una sonrisa que parecía entender mi distracción. Sonreí levemente, aliviado de que no fuera el único que encontraba la situación un poco caótica—. Es normal en este trabajo; con todo el ajetreo y las responsabilidades, se te pueden olvidar ciertas cosas.

—Sí, suele pasar —asentí, agradecido por su comprensión y apoyo.

—Pero estoy seguro de que tu esposa no lo olvidó —dijo de repente, tomándome por sorpresa. 

Me quedé mirándolo, tratando de entender cómo sabía eso. No le había mencionado a nadie en la estación sobre nuestra vida personal. Pareció notar mi confusión y rio levemente—. Es obvio, muchacho. La sortija en tu mano y el buen humor que reflejas no son fáciles de ocultar. A veces, las cosas que tratamos de esconder son las que más se notan.

—Bueno, es que yo... —intenté comenzar una explicación, pero no me dejaron terminar. En ese momento, varios de los agentes se acercaron, claramente sorprendidos por la noticia.

—¿Entonces es verdad? ¿Usted está casado?

—¿Desde hace cuánto tiempo?

—¿Con quién es?

Me acorralaron con un sinfín de preguntas, y yo no pude hacer más que confirmarles la noticia. Algunos de ellos parecían aún asombrados por la revelación. Mi amigo, aún sonriendo, aprovechó para contarles a los demás sobre el reciente cambio en mi vida.

—Sí, es verdad —dije, tratando de mantener la calma mientras respondía a las preguntas—. Estoy casado, y mi esposa está esperando una niña.

Las felicitaciones comenzaron a llover sobre mí. Me deseaban lo mejor, me daban consejos sobre la paternidad y me ofrecían palabras de ánimo. Sentí una mezcla de emoción y humildad mientras escuchaba a mis compañeros felicitarme y compartir su alegría. Me sentía abrumado, pero también muy agradecido por el apoyo y el afecto que me brindaban.

Mientras la conversación continuaba, me di cuenta de lo afortunado que era por tener a tanta gente que se preocupaba por mí. Agradecí a todos por sus buenos deseos, y aunque el día había comenzado de manera inesperada, estaba disfrutando de las pequeñas sorpresas y del calor humano que me rodeaba. Al final, me despedí de los agentes para continuar con el resto de mi día, pensando en lo afortunado que era por tener a Nabi a mi lado y la emocionante aventura que nos esperaba como padres.

En mi oficina, estaba alistándome para ir a cubrir un caso que me habían solicitado por la mañana. Mientras organizaba algunos documentos en una carpeta, unos golpes en la puerta me interrumpieron. Ordené que entraran, y así la figura de Lee apareció en la entrada. Cerró la puerta detrás de ella y se acercó, dándome un saludo marcial que, aunque profesional, tenía un tono de curiosidad.

ADN CRIMINAL ⌖ JK +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora