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┆Jeon Jungkook┆  


La escena ante mí era un verdadero desastre. La casa estaba irreconocible, el caos era palpable: muebles volcados, cristales rotos y paredes manchadas de sangre. Busqué desesperadamente algún rastro de Nabi, pero no encontré nada que pudiera indicarme su paradero. El suelo estaba cubierto por varios cuerpos de hombres, sus rostros congelados en una mueca de terror y dolor, y el ambiente estaba cargado de un silencio ominoso que acentuaba la devastación.

Recibí la llamada de Jin en medio del caos. Su voz estaba cargada de urgencia y preocupación, y me explicó que Nabi había mostrado signos de pánico y que algo terrible estaba a punto de suceder. Sin pensarlo dos veces, corrí hacia nuestra casa, mi mente llena de temores y ansiedades. Esperaba encontrarla, pero al llegar, me encontré con una escena que me dejó helado. Nabi ya no estaba allí.

Mi respiración se volvió entrecortada, como si cada inhalación me faltara el aire. No podía creer lo que estaba viendo: la casa desolada, los signos evidentes de una lucha brutal, y la ausencia de Nabi me golpeaban con una fuerza abrumadora. Mis ojos comenzaron a picar, y las lágrimas amenazaban con brotar sin poder ser contenidas. La culpa se apoderó de mí con una intensidad paralizante; no estuve allí para protegerla, no pude evitar que la arrastraran lejos de mí.

La desesperación me envolvía, y un nudo en el estómago me impedía pensar con claridad. Sabía que ella había hecho todo lo posible por proteger a nuestra hija, que estaba a salvo con Jin. El contraste entre su valentía y mi propia impotencia se sentía como una traición, como si hubiera fallado en mi deber más importante.

La casa estaba llena de ecos de la violencia que había tenido lugar, y me encontré parado en medio de la ruina, con el corazón encogido por la preocupación. La culpa y el miedo se entrelazaban en mi mente, mientras trataba de procesar lo que había sucedido. No sabía qué hacer a continuación, pero una cosa estaba clara: no podía quedarme aquí sin hacer nada. Mi prioridad era encontrar a Nabi y asegurarme de acabar con los desgraciados que se la llevaron, que no tenían mas nombre que Sajadan. 

Ordené de inmediato que se iniciara una búsqueda exhaustiva para localizar a mi esposa. Sabía que el tiempo era crucial y que cada minuto contaba. Llamé a mi padre, buscando su apoyo y ayuda en esta desesperada búsqueda. Necesitaba su experiencia y sus recursos para encontrar a Nabi antes de que fuera demasiado tarde.

"No permitiré que te hagan daño de nuevo, Nabi", prometí con voz firme, aunque mi corazón estaba lleno de angustia. "Haré todo lo que esté en mis manos para traerte de vuelta. No descansaré hasta encontrarte y asegurarme de que estés a salvo."

La determinación se apoderó de mí mientras comenzaba la búsqueda. No iba a descansar hasta que mi esposa estuviera de nuevo en casa y a salvo, sin importar los obstáculos que tuviera que enfrentar.

Los días pasaban y mi desesperación aumentaba con cada hora que transcurría. No había rastro de Nabi ni de la maldita mafia que la había secuestrado; parecían estar escondiéndose extremadamente bien. La ausencia de Nabi se estaba haciendo sentir profundamente, afectando no solo a mí, sino también a nuestra hija, que buscaba a su madre constantemente. 

Estaba inquieta todo el tiempo, como si pudiera sentir que su madre no estaba cerca.

Intentaba ser fuerte, pero esta situación era más de lo que podía soportar. Me arrepentía de no haber seguido el consejo de mi padre y haber sacado a Nabi y a nuestra hija del país cuando tuve la oportunidad. La culpa me llevaba a pensar en mil cosas que podrían haber sido diferentes. El miedo y la preocupación me atormentaban, y no podía evitar temer por el bienestar de Nabi. Cada vez que miraba a nuestra hija, veía a su madre, y eso me rompía el corazón.

ADN CRIMINAL ⌖ JK +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora