⛓
Nabi escaneó al detective, analizando cada palabra, cada expresión. Ver el desespero en sus ojos y la rabia que le tenía, de alguna manera, le gustaba. Había algo en verlo perder el control con ella que le resultaba divertidamente satisfactorio.
—¿Quién dijo que estoy jugando? —respondió ella, su tono suave pero firme— Jeon, las cosas son más simples de lo que parecen. No todo es un juego. A veces, es solo deseo. Y a veces, ese deseo es lo único real en medio de toda esta mierda.
—Y de ti quisiera solo una cosa —añadió en un susurró, mientras sus manos subían lentamente, apretando los brazos bien formados del detective a través de la tela de su uniforme. Jeon la observaba con intensidad, esperando, casi desafiándola, ansioso por escuchar lo que ella diría a continuación.
—Me gustaría tenerte entre mis piernas, Jeon —finalizó con una voz seductora, sus labios curvándose en una sonrisa provocadora.
Las palabras de Nabi resonaron en el aire, cargadas de un significado que lo dejó sin aliento, pero al mismo tiempo, lo hizo hervir por dentro. Sentir sus manos sobre él, escuchar su provocación directa, y saber que lo decía con esa mezcla de juego y desafío, encendió una chispa de conflicto en su interior.
Él la miró con seriedad, el ceño fruncido.
—Soy un tonto al pensar que podrías tomarte las cosas en serio, aunque fuera por un momento —dijo con frustración, apartando las manos que la mantenían cerca y alejándose unos pasos, pasando la mano por su cabello en un gesto de clara exasperación.
Nabi, por otro lado, se cruzó de brazos, observando su reacción con calma, casi como si lo estuviera estudiando.
—Mis palabras son en serio, Jeon —confesó ella, manteniendo la mirada fija en él. Jeon la miró, cansado de su constante juego.
—No te miento cuando te digo que me gustaría tenerte entre mis piernas —dijo directamente, sin rodeos, con la misma franqueza que tanto lo descolocaba.
Jeon soltó una risa amarga, negando con la cabeza.
—Lamento decepcionarte, pero tendrás que quitarte las ganas con otro imbécil —respondió, con un tono frío y decidido, dejando claro que no iba a caer en su provocación.
—Si tu padre cayó, ¿por qué tú no lo harías? Solo es cuestión de tiempo —dijo con una frialdad absoluta, sin mostrar ni un ápice de culpa. Su confesión fue como un balde de agua helada para el detective.
Jeon apenas podía creer lo que acababa de escuchar. Su mente procesaba las palabras de Nabi, intentando encontrar algún rastro de mentira o provocación en su rostro, pero lo único que encontró fue una calma helada que le resultaba aún más perturbadora. Se acercó tanto a ella que casi podía sentir el calor que irradiaba su cuerpo, sus ojos fijos en los de Nabi, buscando una explicación, una razón, cualquier cosa que justificara esa declaración.
—¿Qué mierda dijiste? —repitió, su voz ahora más baja pero aún llena de furia, como un volcán a punto de estallar.
—Lo que escuchaste, Jeon. —Su tono era suave, casi susurrante, pero cada palabra tenía el peso de una sentencia—. Tu padre no pudo resistir... y tú, con toda esa rabia contenida, eres aún más vulnerable. Solo es cuestión de tiempo antes de que caigas también.
—Eres una... —Jeon apretó los labios, luchando por contener las palabras que se agolpaban en su garganta, casi imposibles de reprimir.
—Sí, lo sé, soy una jodida perra —dijo Nabi con una tranquilidad perturbadora, como si sus propias palabras fueran un halago, una medalla de honor que lucía con orgullo—
ESTÁS LEYENDO
ADN CRIMINAL ⌖ JK +18
FanfictionLa policía surcoreana enfrenta una batalla titánica para capturar al autor de una ola de caos sin precedentes que ha desbordado la capital del país. No se trata solo de tiroteos, drogas, dinero, secuestros y asesinatos; la situación ha alcanzado un...