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Las puertas del laboratorio se abrieron lentamente, revelando a dos figuras que se adentraron en la penumbra del lugar. Una de ellas, con una sonrisa ladina en el rostro, observó a la figura inconsciente en la mesa. Finalmente, la había recuperado y estaba nuevamente bajo su control. Kim, con una mirada concentrada, se dirigió de inmediato a sus instrumentos, listo para retomar su "arte" como solía llamarlo, mientras la otra figura, Min, se acercaba a Nabi con pasos silenciosos.

Se detuvo a su lado, observando su rostro. Aun inconsciente, Nabi mantenía esa serenidad que siempre la había caracterizado, y su belleza seguía intacta, quizá incluso más deslumbrante que antes. Min dejó escapar un suspiro lleno de satisfacción, al tiempo que sus ojos se detenían en cada detalle de su piel.

—Al fin volviste —susurró con voz gruesa y ronca, mientras sus dedos recorrían suavemente el contorno de su cuello delgado, deslizándose hacia su escote. Se inclinó hacia ella, dejando un sutil beso que rozó apenas su piel.

—Volverás a ser lo que eras, no te preocupes —añadió en voz baja, sus ojos oscuros fijos en ella. La promesa resonaba en el aire, mientras Min se quedaba ahí, observándola, esperando el momento en que ella despertara, lista con las modificaciones que le haría Kim.

De repente, Nabi comenzó a recobrar la conciencia. Abrió los ojos de golpe, aún con destellos rojizos que pronto empezaron a tornarse de un color azul, un cambio que jamás había ocurrido antes. Kim, observando el fenómeno, se acercó con interés para examinarla. Nabi intentó apartarse, pero estaba firmemente sujeta de manos y pies, sin posibilidad de resistirse.

—Vamos a ver qué te hicieron —murmuró Kim, encendiendo una pequeña linterna y pasándola por sus ojos, buscando alguna anomalía. La luz hizo que Nabi se alterara al reconocerlo. El miedo comenzó a apoderarse de ella, y el azul en sus ojos se intensificó, casi como si el temor lo alimentara.

—¡No me toques! —gritó Nabi, tratando de girar el rostro para evitar el contacto, pero Kim la sujetó firmemente, volviendo a posicionar su cabeza para continuar con el examen. A pesar de los intentos de Nabi por resistirse, no pudo hacer mucho debido a las ataduras.

Kim siguió con su análisis, notando que, aunque físicamente parecía estar en perfectas condiciones debido a la rápida regeneración de su cuerpo, había algo más profundo. Usando un sistema magnético avanzado, logró detectar lo que a simple vista no se veía: un daño interno significativo. Observó con atención los resultados que aparecían en las pantallas a su alrededor, y su expresión cambió al notar la gravedad del daño en su cabeza.

—Así que esto era... —murmuró Kim, comprendiendo de inmediato que el fuerte golpe en la cabeza había activado algo en Nabi, desencadenando estos cambios inesperados.

El misterio de lo que había sucedido con ella empezaba a revelarse, pero con él, surgían nuevas preguntas sobre la verdadera naturaleza de Nabi y cómo ese daño podría estar afectando no solo su cuerpo, sino también su mente y sus emociones. Kim sabía que esto complicaría sus planes, pero también lo intrigaba profundamente.

—¿Qué le sucedió? —preguntó Min, con la mirada fija en las pantallas, intentando comprender lo que veía.

—Un golpe fuerte en la cabeza —respondió Kim con calma, aunque su tono denotaba preocupación—. Ese impacto actuó como un reinicio de su memoria. Todos los recuerdos que intenté suprimir y eliminar, junto con sus emociones, han salido a la superficie. Ahora sufre de pérdida de memoria. Ha olvidado todo su pasado, y por eso su comportamiento ha cambiado de esta manera.

ADN CRIMINAL ⌖ JK +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora