⌖③⑤⌖

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┆ Jeon Jungkook ┆


—¿Estuviste celebrando? —su voz socarrona y burlona calaba en mis oídos, provocando la habitual irritación.

—Eso no te importa —respondí de inmediato, a la defensiva—. ¿Qué estás haciendo aquí? No deberías andar paseándote como si nada por estas calles —le reclamé, incapaz de ocultar mi preocupación mezclada con el reproche. ¿Quién sabe desde cuándo estaba por ahí, merodeando y quizás cometiendo cualquier tipo de crimen?

—Eso no te importa —contestó ella, devolviéndome mis propias palabras con un tono que me hizo apretar los dientes.

—Regresa a la base o tendré que arrestarte aquí mismo —le advertí, clavando en ella una mirada seria, buscando intimidarla. Pero sus ojos, siempre burlones, simplemente me observaron como si intentaran desentrañar cada rincón de mi alma.

—He salido también a divertirme. Es mi recompensa por haberlos ayudado —respondió con una confianza despreocupada, cruzando los brazos como si aquello fuera lo más natural del mundo.

Reí sarcásticamente, incapaz de contener el desdén ante su actitud.

—¿Divertirte? ¿Haciendo qué? ¿Acostándote con el primero que veas? —lancé la pregunta con una mezcla de frustración y provocación, esperando que algo en mis palabras la afectara.

—Para serte sincera, no lo había pensado —dijo ella, mordiéndose el labio de forma deliberada—. Eso es lo único que me falta hacer por esta noche.

Su respuesta, tan descarada y desafiante, me dejó sin palabras.

—¿Por qué no me ayudas con eso? —dijo, acercándose a mí con un tono seductor, pero con una malicia subyacente.

—No te me acerques, busca a otro idiota —le respondí con frialdad, pasando a su lado y rozando su hombro con el mío de manera intencionada. No me molesté en mirarla, decidido a mantener mi mirada fija hacia adelante, esperando que ella se apartara.

Mi mente ya estaba enfocada en el día siguiente. Iría a la base para exigir al coronel que no la soltara tan fácilmente. Nabi era un peligro para la sociedad, y no podía permitirme ignorar el riesgo que representaba.

Llegué al edificio y me dirigí al área del elevador, intentando ignorar el caos de emociones que seguía en mi mente. Mientras esperaba, el sonido de su voz me sorprendió detrás de mí.

—Así que aquí vives —comentó, haciéndome dar un pequeño respingo al escucharla.Me giré bruscamente para enfrentarla, el enfado palpable en mi rostro.

—¿Qué haces aquí? —le reclamé, mi voz cargada de frustración.

—Me dio curiosidad saber dónde vivías —respondió, observando el lobby del edificio con la misma curiosidad infantil que antes, como si nada estuviera sucediendo.

—¡Lárgate ahora mismo, Nabi! —ordené, mi paciencia al borde, mientras las puertas del elevador se abrían con un pitido que parecía burlarse de mi situación.

—¿Eres siempre tan grosero? ¿Así tratas a tu novia? —preguntó Nabi, con una voz chillona que resonaba en el lobby, un tono tan diferente al habitual que me sorprendió.

—¿Me vas a dejar dormir en la calle? —continuó, actuando de manera exagerada y dramática, como si estuviera en medio de una telenovela.

—¿Qué te pasa? —le pregunté, completamente confundido por su repentino cambio de actitud. No entendía por qué estaba actuando así, ni qué estaba tratando de lograr.

ADN CRIMINAL ⌖ JK +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora