⌖③①⌖

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┆ Jeon Jungkook ┆



Mi equipo se preparaba para atrapar a Kenji Takahashi, conocido como "Serpiente". Este apodo lo había ganado gracias a su astucia y capacidad para escabullirse en el mundo criminal, tejiendo una red de contactos y aliados en organizaciones ilegales tanto en Japón como en Corea del Sur. Con una mente maestra para el crimen, Takahashi había logrado participar en numerosos esquemas de tráfico ilegal, fraude y blanqueo de dinero, acumulando enemigos en ambos países. Su historial delictivo comenzó cuando trabajó para la yakuza, pero pronto se trasladó a Corea del Sur, donde expandió su imperio delictivo, acumulando una larga lista de cargos por sus crímenes.

El caso de Takahashi me fue asignado tras la solicitud de licencia del agente Kim, quien llevaba la investigación. Kim había pedido tiempo para lidiar con el fallecimiento de su padre, quien había venido lidiando con un cáncer de pulmón, dejando el caso en un punto crítico. Afortunadamente, su trabajo previo había arrojado suficiente luz sobre las actividades de Takahashi, permitiéndonos ubicar su escondite: un burdel clandestino en el corazón de Seúl. Este lugar no solo servía como su refugio personal, sino que también albergaba a otros criminales de alto perfil, lo que hacía de esta operación una oportunidad perfecta para desmantelar una red delictiva más amplia.

El desafío era cómo infiltrarse en el lugar sin levantar sospechas. El equipo y yo pasamos horas estudiando cada detalle de los informes de inteligencia. Sabíamos que para acceder sin ser detectados, necesitábamos adoptar una estrategia meticulosa, debíamos ir encubiertos y adoptando identidades falsas para mezclar nuestras acciones con las de los habituales visitantes del burdel. Además, sería crucial neutralizar cualquier sistema de vigilancia y seguridad que Takahashi pudiera tener en su escondite, asegurándonos de que no tuviera forma de escapar una vez más.

—Ya estamos listos, detective —me informó el agente de monitoreo e inteligencia mientras ajustaba su auricular y revisaba la pantalla de su tablet.

—Bien, vámonos —dije, y nos dirigimos hacia la camioneta que nos esperaba afuera, con el motor ya en marcha.

Al subir al vehículo, noté que Park estaba allí también, ocupando el asiento trasero, revisando algunos documentos. Una oleada de irritación me recorrió. Le había dejado en claro que no la quería en este caso. Quisiera dejar de lado lo sucedido entre nosotros y ser más profesional, pero no podía. Solo tener su presencia cerca me incomodaba y hacía más difícil concentrarme en la misión.

—Park, bájate ahora —le ordené con firmeza.

—No puedes sacarme de este caso, yo ayudaré con la vigilancia —respondió con desdén, sin siquiera levantar la vista de sus papeles.

—Sí, puedo hacerlo porque soy tu superior, así que no me hagas repetirlo —le advertí, mi voz cargada de autoridad.

—Que el cargo no se te suba a la cabeza —murmuró, alzando finalmente la mirada para encontrar la mía con un destello de desafío.

En ese momento, uno de los agentes que iba a manejar nos interrumpió, nervioso por el retraso.

—Ah, detective, debemos irnos ya. El equipo del ejército ya está listo —dijo, mirando de reojo el reloj en su muñeca.

Con un suspiro, volví mi atención a Park. —No quiero verte en acción; te quedarás aquí monitoreando la seguridad —le ordené con firmeza, asegurándome de que el tono de mi voz no dejara lugar a dudas. Ella bufó en respuesta, claramente contrariada, pero sin protestar más. La tensión entre nosotros era notable, pero en este momento, no podía permitirme distraerme con cuestiones personales.

ADN CRIMINAL ⌖ JK +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora