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┆ Min Nabi┆  


Cuando Jungkook se fue al trabajo, decidí tomarme un momento para darme una ducha y comenzar el día. Al mirarme en el espejo, me sorprendí al notar algunas marcas rojizas y moradas en mis pechos. Eran huellas de nuestra pasión matutina, un recordatorio de cómo se había tomado el tiempo para hacerme suya antes de salir. Y no solo eso, sino que su ansia no terminó ahí; incluso después, en la cocina, mientras le preparaba el desayuno, no pudo resistirse y lo volvió a hacer.

Últimamente, parece estar en un estado de constante inquietud, y siempre encuentro sus manos explorando mi cuerpo. No estoy completamente segura de qué le está provocando esta intensidad, pero en lugar de incomodarme, me resulta fascinante. La manera en que busca mi cercanía, cómo me toca y me desea, me hace sentir deseada y valorada. Su ansiedad, lejos de ser una carga, se ha convertido en una fuente de conexión y placer, una prueba palpable de su deseo y amor por mí.

Cuando finalmente terminé de bañarme, elegí una de sus camisas para ponerme. Aunque me encantaban los vestidos, también disfrutaba de la sensación que me daban sus camisas: su tamaño grande me envolvía de una manera cómoda y relajante, casi como si estuviera usando un vestido suelto.

Me dirigí a la cocina para preparar mis suplementos, como era mi rutina diaria. Mientras organizaba los utensilios y los ingredientes que aún estaban fuera de lugar, noté que había algo nuevo en la nevera. Al abrirla para guardar la leche, una caja decorada y atractiva captó mi atención.

- ¿Uh? ¿Qué es esto? - me pregunté, intrigada. Saqué la caja con cuidado, sin saber qué esperar.

Coloqué la caja sobre la isla de la cocina y la abrí lentamente. Dentro, encontré una colección de postres de chocolate, con una variedad impresionante. Eran numerosos y se veían exquisitamente elaborados. En cuanto el aroma de chocolate fresco y dulce alcanzó mis fosas nasales, sentí una oleada de apetito que me sorprendió. Nunca antes había experimentado un deseo tan intenso por la comida normal; mi apetito solía limitarse a mis suplementos.

Mi estómago rugió con un sonido sutil pero claro, y esto me confundió aún más.

- No, no puedo comer esto - me dije a mí misma, intentando controlar el creciente deseo de probar esos postres. Pero la curiosidad y el anhelo eran tan poderosos que empezaron a superar mi resistencia. Me preguntaba cómo sabrían esos dulces, y cómo sería experimentar el sabor de la comida normal.

Con una mezcla de tentación y cautela, tomé uno de los postres de chocolate. Lo observé detenidamente, admirando su apariencia perfectamente elaborada. Su forma era elegante, y el brillo del chocolate parecía casi irresistible. Sin poder contenerme más, lo llevé hacia mi boca. Cerré los ojos con un poco de aprensión y di una pequeña mordida.

El sabor que se desplegó en mi boca fue completamente nuevo. Me genero gusto, y la textura se derretía suavemente. Era una experiencia sensorial que nunca había conocido antes. El chocolate se mezclaba de una manera deliciosa y compleja, que despertaba un placer inesperado en cada bocado. La sensación era tan intensa y placentera que me hizo cuestionar cómo había podido vivir sin probar algo tan simple pero extraordinario.

Sin darme cuenta, ya había terminado el primer postre. Me había gustado tanto que, sin pensarlo demasiado, tomé otro y lo devoré con igual entusiasmo. En un abrir y cerrar de ojos, ya había terminado toda la caja. La culpa me golpeó de repente: esos postres seguramente eran para Jungkook.

- ¿Y si se enoja porque me los comí? - me pregunté, sintiendo una oleada de preocupación. La idea de que él pudiera molestarse por mi impulso me llenaba de ansiedad.

ADN CRIMINAL ⌖ JK +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora