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┆ Jeon Jungkook ┆


Aún me mantenía pensando en la escena que vi en el centro de acogida. No entendía por qué me molestó tanto ver a ese hombre cerca de ella. La imagen del hombre colocando una rosa en la oreja de Nabi, sonriéndole con esa familiaridad que parecía tan natural, me perturbó más de lo que imaginé. Me salí de allí sin ganas de seguir observando esa escena trivial y casi absurda.¿Es posible que su gusto por los hombres no se haya desvanecido con su pérdida de memoria? 

La ironía de la situación me resultaba abrumadora. Ella olvidó gran parte de su pasado, incluida su vida criminal y su naturaleza agresiva, pero parece que esos pequeños detalles, como su gusto por los hombres, permanecen intactos. Debería alegrarme de que al menos no haya recuperado todas sus viejas costumbres, pero no puedo evitar sentir que algo me hierve por dentro al ver que aún recuerda eso, mientras que mi existencia en su vida se ha borrado por completo.

Me resulta desconcertante y frustrante. La amnesia debería haber limpiado todo su pasado, incluidos sus gustos y preferencias. Al verla tan abierta y natural con ese hombre, me di cuenta de que, a pesar de su aparente transformación, no ha cambiado tanto en aspectos que preferiría que sí lo hiciera. No debería afectarme tanto, pero el hecho de que ella mantenga ese detalle sobre su inclinación mientras olvida todo lo demás, incluyendo a mí, solo me hace sentir más inseguro y confundido. Me pregunto si mi presencia, o la falta de ella, realmente ha marcado alguna diferencia en su vida.

No me molesté en volver a verla durante los siguientes tres días. Puede parecer tonto, pero no tenía ganas de enfrentarme a la misma situación otra vez. Además, no podía permitirme descuidar mi trabajo solo para mantenerme al tanto de lo que hacía o no Nabi. Me sumergí en el trabajo con una intensidad casi obsesiva, con el agotamiento acumulándose en mi cuerpo y mente hasta muy altas horas de la noche. Los casos que manejaba exigían mi completa atención, y sentía que cualquier distracción podría costarme caro.

Al día siguiente, el cansancio era evidente en mi semblante. Uno de mis compañeros, al verme en ese estado, me sugirió que fuera a casa a descansar. Sin pensarlo mucho, decidí seguir su consejo y dirigirme a mi apartamento. Pero, en un giro inesperado, mis pies, casi por inercia, se desviaron hacia el centro de acogida.

—No sé qué demonios hago aquí —murmuré entre dientes para mí mismo, mientras cruzaba la entrada del lugar. La rutina y la familiaridad del centro de acogida eran un alivio y una carga al mismo tiempo. Mis ojos recorrían el área en busca de su figura, pero no la encontraba. Mi frustración estaba a punto de desbordarse cuando, de repente, sentí unos brazos rodeándome por la espalda.

—¡Volviste! —escuché su voz, cargada de una alegría que casi no podía creer. La sorpresa en su tono era evidente, y me hizo pensar que la situación no era tan mala como había imaginado. Me volví lentamente para encontrarme con una sonrisa radiante en su rostro, una expresión tan genuina que, sin previo aviso, disipó mi mal humor y me hizo cuestionar por qué había estado evitando venir.

—Sí, volví —respondí, tratando de mantener una actitud neutral, aunque mi voz no pudo evitar sonar algo más suave de lo que había planeado. Nabi parecía genuinamente feliz de verme, y esa simple emoción en su rostro me hizo replantear muchas cosas. El tiempo que había pasado sin verla me había dejado un vacío que no esperaba llenar tan pronto.

—Pensé que no vendrías más —dijo, mientras me soltaba con un gesto que parecía tanto de alivio como de curiosidad. Su entusiasmo y la calidez en su mirada me hicieron darme cuenta de cuánto había cambiado mi percepción de ella, a pesar de los conflictos internos que había enfrentado.

ADN CRIMINAL ⌖ JK +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora