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┆ Jeon Jungkook┆


El dolor de cabeza que había estado arrastrando desde la mañana se intensificaba con cada hora que pasaba, como un martilleo constante que no me daba tregua. A pesar de todo, intentaba concentrarme en los informes apilados sobre mi escritorio, pero mi mente vagaba, perdida en recuerdos y sensaciones que no debería estar reviviendo. Todo por culpa de Nabi. Incluso teniéndola lejos, ella encontraba la manera de colarse en mis sueños, desatando el mismo caos que siempre ha traído a mi vida. Es una descarada, y no puedo evitar preguntarme, ¿por qué no me deja en paz?

Respiré hondo, intentando reprimir el enojo y la frustración que hervían bajo la superficie. Era un día más, y sin embargo, la sombra de Nabi se cernía sobre todo, haciendo que cada tarea se sintiera como un esfuerzo titánico. Mi concentración estaba hecha añicos, y me preguntaba si alguna vez recuperaría la tranquilidad que tanto anhelaba.

—Disculpe, señor —una voz suave interrumpió mis pensamientos oscuros. Levanté la mirada y vi a la oficial Lee asomándose por la puerta de mi oficina. Sus ojos reflejaban preocupación, y con un gesto la invité a entrar.

—¿Qué se te ofrece, Lee? —pregunté, esforzándome por mantener la voz neutral, aunque sentía que la irritación se filtraba en cada palabra.

—Perdone que lo interrumpa, solo vine a dejarle este té —respondió ella, avanzando con una taza humeante que colocó con cuidado sobre mi escritorio—. En la reunión de la mañana lo noté algo cansado, así que pensé que esto podría ayudarle a sentirse mejor.

Sus palabras eran consideradas, un gesto amable en un día que necesitaba desesperadamente algo de alivio. Pero no pude evitar la frialdad en mi respuesta.

—Gracias, Lee, pero no era necesario —dije, tal vez con más brusquedad de la que pretendía. No era mi intención sonar tan seco, pero mi humor estaba envenenado por la presencia intangible de Nabi en mi mente.

Lee asintió, sin parecer ofendida, aunque noté una sombra de decepción en su mirada antes de que la escondiera tras una sonrisa profesional.

—Está bien, solo asegúrese de tomarlo mientras aún está caliente —dijo con suavidad, antes de girar sobre sus talones para salir de la oficina.

La vi irse, un rastro de culpa se asentó en mi pecho. No era justo descargar mi frustración con Lee. Ella solo intentaba ayudar, y no tenía la culpa de los fantasmas que yo mismo había invitado a mi vida. Tomé la taza de té, el calor que irradiaba me reconfortaba un poco, pero no lo suficiente como para disipar el tumulto en mi interior.

Mi mirada se posó en los documentos sobre el escritorio, pero no podía enfocarme. Todo lo que veía era la imagen de Nabi en mis sueños, la intensidad de sus ojos, el calor de su cuerpo junto al mío, y la maldita sensación de que, no importa lo lejos que esté, ella siempre encontrará la manera de atormentarme.

—Joder, ¿por qué no puedo simplemente olvidarla? —murmuré para mí mismo, apretando la taza con más fuerza de la necesaria.

El peso de mis propios pensamientos me agobiaba, y la realidad se sentía distante, como si el té y el sonido de las calles de la ciudad fueran solo un eco lejano. No importaba cuánto intentara apartarla de mi mente, Nabi seguía ahí, en el borde de cada pensamiento, en el centro de cada maldito sueño. La frustración se mezclaba con una ira que no podía dirigir a nadie más que a mí mismo.

Finalmente, tomé un sorbo del té, sintiendo el líquido caliente deslizarse por mi garganta. Quizás eso ayudaría a calmar el nudo en mi estómago, o al menos a sacarme de este estado de ánimo. Pero, por ahora, lo único que podía hacer era dejarme llevar por la rutina, esperando que el trabajo, eventualmente, me permitiera olvidar... aunque solo fuera por un instante.

ADN CRIMINAL ⌖ JK +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora