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┆ Jeon Jungkook ┆


Cuando el comisionado dio la orden de ingresar, el grupo se movió con rapidez y precisión. Empujamos la puerta con fuerza, haciéndola abrirse de golpe. Las armas se alzaron en un movimiento sincronizado, y nuestras miradas se fijaron en el objetivo que habíamos venido a capturar.

—¡Manos arriba, Policía Nacional de Seúl! —grité, mi voz resonando con autoridad en la habitación.

Kim Nam Joon estaba allí, sorprendido pero con una mirada desafiante en su rostro. En un intento desesperado por escapar, corrió hacia una pared cercana y presionó un botón. Un pitido agudo y una luz intermitente comenzaron a parpadear, indicando que la alarma había sido activada. Kim se preparaba para atacarnos, su desesperación claramente visible.

No le di tiempo a hacer nada más. Con una precisión calculada, disparé en dirección a su hombro. El impacto lo hizo tambalear momentáneamente, pero su resistencia no se detuvo. Kim siguió moviéndose, y comprendí que no podía detenerme con un solo tiro. Sin dudarlo, ajusté mi puntería y volví a disparar, esta vez apuntando a su pierna.

El segundo tiro acertó, y Kim cayó al suelo con un grito de dolor, su intento de fuga completamente frustrado. Con el enemigo incapacitado, el ambiente se volvió tenso, pero la situación estaba bajo control.
—¡No te muevas! —ordené con firmeza, apuntando con mi arma mientras los demás se acercaban para asegurar la situación. Park rápidamente le colocó las esposas, inmovilizándolo de inmediato.

Kim, con una sonrisa cruel en su rostro, no mostró ninguna señal de arrepentimiento.

—Kim Nam Joon, quedas arrestado por crímenes contra la humanidad, violación de leyes bioéticas, asesinato, conspiración criminal y resistencia a la autoridad —dije, enunciando los cargos con total claridad. A pesar de la seriedad de la situación, él solo se rió con desdén, su actitud desafiaba la gravedad de sus actos. Sus carcajadas resonaban en la habitación, una última muestra de su desprecio hacia las consecuencias de sus crímenes.

—¡bola de inútiles! —espetó Kim con una mueca retorcida, sus palabras cargadas de un desprecio helado—. Pero créanme, esto no se quedará así. No tardarán en darse cuenta de que están rodeados, y mi gente se encargará de acabar con ustedes como si fueran simples ratas. No hay escape, y no habrá piedad.

—Cualquier cosa que digas será utilizada en tu contra —respondí con firmeza, manteniendo mi arma en posición. Su amenaza era un último intento de intimidación, pero no iba a permitir que desviara la atención de la gravedad de sus crímenes. 

Mientras Kim continuaba con sus amenazas desafiantes, los disparos comenzaron a resonar en el aire, marcando el inicio del combate entre nuestros agentes y las fuerzas de Kim. 

Con la situación en plena ebullición, me aseguré de mantener a Kim inmovilizado, impidiendo cualquier intento de escape. Poco después, Park regresó, visiblemente agitada, para informarme que el ejército estaba en camino desde el cielo. Dado que el acceso por tierra era imposible, con la ubicación que les habíamos proporcionado, encontrar nuestro sitio sería relativamente sencillo.

Segundos después de la captura, el comisionado llegó con un contingente de agentes armados que se desplegaron rápidamente para acordonar el área. La seguridad estaba asegurada y el caos estaba bajo control. Mientras los agentes trasladaban cuidadosamente a Kim fuera del lugar, me tomé un momento para reflexionar sobre el éxito de la operación. Habíamos logrado atraparlo finalmente, y aunque me costara admitirlo, parte del mérito era de Nabi. Su contribución había sido clave para llegar hasta aquí, pero ahora no la veía por ninguna parte. La preocupación comenzó a crecer en mi mente.

ADN CRIMINAL ⌖ JK +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora